La sociedad del espectáculo
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Prólogo a la cuarta edición italiana<br />
mejor, el mismo tono de impotencia caprichosa. Por el contrario,<br />
este libro ha encontrado de momento sus mejores lectores, que yo<br />
sepa, en las fábricas de Italia. Los obreros de Italia, que hoy en día<br />
pueden servir de ejemplo a sus compañeros de todos los países<br />
por su absentismo, sus huelgas salvajes que no se dejan aplacar<br />
por ninguna concesión particular, su lúcido rechazo <strong>del</strong> trabajo,<br />
su desprecio de la ley y de todos los partidos estatalistas, conocen<br />
el tema por la práctica lo bastante bien como para haber podido<br />
sacar provecho de las tesis de <strong>La</strong> <strong>sociedad</strong> <strong>del</strong> <strong>espectáculo</strong>, aunque<br />
no hayan leído más que traducciones mediocres.<br />
<strong>La</strong>s más de las veces, los comentaristas han aparentado no<br />
comprender a qué uso se podía destinar un libro que resulta imposible<br />
de clasificar en ninguna de las categorías de producciones<br />
intelectuales que la <strong>sociedad</strong> todavía dominante se digna tener en<br />
cuenta, y que no está escrito desde el punto de vista de ninguno de<br />
los oficios especializados que ella alienta. <strong>La</strong>s intenciones <strong>del</strong> autor<br />
parecieron, por tanto, oscuras. Pero no tienen nada de misterioso.<br />
Clausewitz observó, en <strong>La</strong> campaña de Francia de 1815:<br />
En toda crítica estratégica, lo esencial es colocarse en el punto de<br />
vista exacto de los actores; es cierto que eso es a menudo muy difícil.<br />
<strong>La</strong> gran mayoría de las críticas estratégicas desaparecerían por<br />
completo o quedarían reducidas a ínfimas diferencias de comprensión<br />
si los autores quisieran o pudieran situarse mentalmente en<br />
todas las circunstancias en las que se hallaban los actores.<br />
En 1967 quise que la Internacional Situacionista tuviera un<br />
libro de teoría. <strong>La</strong> I.S. era en aquel momento el grupo extremista<br />
que más había contribuido al resurgimiento de la contestación<br />
revolucionaria en la <strong>sociedad</strong> moderna; y era fácil ver que ese grupo<br />
que había alcanzado ya su victoria en el terreno de la crítica teórica<br />
y la había perseguido hábilmente en el de la agitación práctica,<br />
se estaba aproximando por entonces al punto culminante de su<br />
acción histórica. Se trataba, pues, de que semejante libro estuviera<br />
presente en los tumultos que pronto sobrevendrían y que habrían<br />
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