La sociedad del espectáculo
XpFTb
XpFTb
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Capítulo 4: El proletariado como sujeto y como representación<br />
ulteriormente dotado de un poder central en la gestión calculada<br />
<strong>del</strong> proceso económico. Marx pudo sin embargo describir en el<br />
bonapartismo este esbozo de la burocracia estatal moderna, fusión<br />
<strong>del</strong> capital y <strong>del</strong> Estado, constitución de un “… poder nacional <strong>del</strong><br />
capital sobre el trabajo, de una fuerza pública organizada para la<br />
esclavización social”, donde la burguesía renuncia a toda vía histórica<br />
que no sea su reducción a la historia económica de las cosas<br />
y ve bien “… estar condenada a la misma nulidad política que las<br />
otras clases”. Aquí están ya puestas las bases sociopolíticas <strong>del</strong><br />
<strong>espectáculo</strong> moderno, que define negativamente al proletariado<br />
como el único pretendiente a la vía histórica.<br />
88<br />
<strong>La</strong>s dos únicas clases que corresponden efectivamente a la<br />
teoría de Marx, las dos clases puras hacia las cuales conduce todo el<br />
análisis de El capital, la burguesía y el proletariado, son igualmente<br />
las dos únicas clases revolucionarias de la historia, pero en condiciones<br />
diferentes: la revolución burguesa está hecha; la revolución<br />
proletaria es un proyecto nacido sobre la base de la revolución<br />
precedente, pero difiriendo de ella cualitativamente. Descuidando<br />
la originalidad <strong>del</strong> papel histórico de la burguesía se enmascara<br />
la originalidad concreta de este proyecto proletario que no puede<br />
esperar nada si no es llevando sus propios colores y conociendo<br />
“… la inmensidad de sus tareas”. <strong>La</strong> burguesía ha llegado al poder<br />
porque es la clase de la economía en desarrollo. El proletariado<br />
solo puede tener él mismo el poder transformándose en la clase de<br />
la conciencia. <strong>La</strong> maduración de las fuerzas productivas no puede<br />
garantizar un poder tal, ni siquiera por el desvío de la desposesión<br />
acrecentada que entraña. <strong>La</strong> toma jacobina <strong>del</strong> Estado no puede ser<br />
su instrumento. Ninguna ideología puede servirle para disfrazar<br />
los fines parciales bajo fines generales, porque no puede conservar<br />
ninguna realidad parcial que sea efectivamente suya.<br />
73