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¿A qué volver? ¿A quién? Si todos eran ex convictos, ratas, lo que la <strong>sociedad</strong><br />
de entonces catalogaba como escoria. Estoy segura de que se hubieran<br />
quedado allí de no ser por el fanatismo monárquicoreligioso de algunos como<br />
Cortés, Guzmán o Narváez. Si ellos no hubieran ido a contarle del<br />
descubrimiento a Isabel, la hubieran todos mandado a tomar por culo y a vivir<br />
la vida loca. Yo lo hubiera hecho. Paradise on Earth, ¿qué más?<br />
En la escuela y en la vida cotidiana nos cuentan que la caída del Imperio<br />
Azteca la forjaron los españoles con abusos, que se robaron todo, que violaron<br />
a las mujeres. ¿Tres barcos? Eso es ser muy ingenuo. <strong>La</strong> conquista de México<br />
la hicieron los mexicanos. Fue una especie de guerra civil en la que un agente<br />
extranjero armó a los rebeldes para que derrocaran al emperador. Luego, lo<br />
normal: caído el tirano, el gobierno lo ponen los que ganan. Los gobernantes<br />
eran títeres al servicio de su majestad y el pueblo mexicano, aún en periodo<br />
fetal, pasaba hambre y penurias. Para cuando estuvo listo para nacer tenía dos<br />
opciones: morir o matar. Y entre todos decidieron matar. <strong>La</strong> Nueva España<br />
pasó a llamarse México, con todo lo que eso conlleva: crisis de identidad,<br />
inexperiencia, y más abusos e injusticias. <strong>La</strong> vida misma, vaya.<br />
No sé cómo lo hemos hecho los mexicanos desde que somos país porque, si<br />
bien hay diferencias abismales entre los del norte, los del sur, los del este y los<br />
del occidente, todos de alguna manera encontramos el mínimo común<br />
denominador. A veces es algo sólido, como la religión o la comida, a veces es<br />
algo frágil, como el fútbol o el himno nacional. Y eso es lo que hace que<br />
todavía no nos hayamos exterminado entre nosotros. Todavía México como<br />
cultura, como nación, como <strong>sociedad</strong> y como territorio, atraviesa hoy mismo<br />
por una crisis, la crisis de confianza más grande que se haya tenido en la<br />
Historia. Nos hemos creído que el enemigo está dentro, que tenemos que<br />
mutilar una parte de nosotros para seguir viviendo. Nos declaramos la guerra,<br />
le cerramos la puerta al vecino, hablamos de “los otros”, los malos, los que<br />
vienen de un pueblo del norte, los que vienen del sur, los que vienen del