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Excodra XXVII: La sociedad

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auto violencia hasta la maldad tóxica cotidiana. En los pueblos, en el pasado<br />

histórico y en el presente individual.<br />

<strong>La</strong> literatura se ocupa definitivamente del conflicto. Conflicto entre un hecho<br />

objetivo y una voluntad subjetiva de interpretarlo. El arte nunca nace de la<br />

complacencia —¿por qué reflejar lo que entendemos y aceptamos?— sino de<br />

la fricción. De una realidad que no nos gusta.<br />

El acto violento no necesita confirmación. Basta la posibilidad de que se<br />

concrete para que genere su elemento más devastador, el miedo. Así, la<br />

violencia anticipa o previene el daño y sirve como perfecto represor, incluso<br />

azuzando actitudes de autocensura.<br />

Lo cruento sólo lo es en literatura cuando provoca un efecto sísmico en el<br />

lector. De poco sirve un ejercicio estético de la violencia si no se consigue<br />

plasmarla de modo que el receptor la perciba como cercana, creíble y posible.<br />

No existe catarsis si no hay empatía. Y yo creo que la literatura no es un<br />

ejercicio de voyerismo sino de reflexión colectiva a partir de una noción<br />

estética, por supuesto, pero con una finalidad ética: el cuestionamiento, la<br />

duda, la ruptura de prejuicios que nos mantienen en la zona de confort.<br />

A través del estudio de la violencia se analiza el funcionamiento colectivo, se<br />

cuestionan los valores imperantes, se duda de las soluciones had hoc. Si nadie<br />

está a salvo no hay que correr, hay que preguntarse cuáles son las causas de<br />

dicha situación, comprender los parámetros y cambiar los paradigmas.<br />

A través de la ficción, se crea un marco de realidad posible o si se quiere,<br />

paralela. Esa realidad es más cercana cuanto más verosímil, menos eficiente<br />

cuanto más excesiva, más profunda cuanto más íntima. Partiendo de una<br />

alegoría de la violencia vamos hacia una interpretación casuística de lo que<br />

somos, pero esa alegoría —la narración— no puede quedarse en la mera<br />

recreación de las fantasías, experiencias o visiones individuales —esto es, del<br />

autor— sino que tiene calado y desarrollo en la medida que alcanza las<br />

fantasías, experiencias o visiones de la mayoría. Se trata de establecer un

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