14.03.2020 Views

La Hija de Homero - Robert Graves

Esta original e inspirada novela de Robert Graves —uno de los máximos conocedores de la antigüedad griega— narra la historia de una notable princesa siciliana, Nausícaa que vivió setecientos cincuenta años antes de Cristo, salvó el trono de su padre de las ambiciones de los usurpadores y a sus dos hermanos de una muerte violenta, librándose ella misma de un desagradable matrimonio gracias a la inesperada ayuda de un noble cretense que había naufragado en las costas do Sicilia. Esta historia, en la que el lector reconocerá una variante de un episodio de la Odisea, fue escrita por Robert Graves en 1955, cuando estudiando los mitos griegos creyó reconocer la validez de una curiosa hipótesis enunciada en 1896 por Samuel Butlor, y que atribuía el poema a la inspiración de una joven princesa siciliana (la que se habría retratado a sí misma en el personaje de Nausícaa). La Odisea que hoy conocemos no sería en verdad sino la versión femenina de un poema homérico anterior, protagonizado por una Penélope adúltera que cedio a los reclamos de todos sus pretendientes. Graves cree que esta hipótesis es irrefutable (ya Apolodoro había citado una tradición según la cual el verdadero escenario del poema sería la isla de Sicilia) y ha recreado en estas páginas fascinantes las circunstancias que impulsaron a Nausícaa a escribir la Odisea, sugiriendo además de qué modo, como hija honoraria de Homero, logró que el poema fuese incluido en el canon oficial.

Esta original e inspirada novela de Robert Graves —uno de los máximos
conocedores de la antigüedad griega— narra la historia de una notable
princesa siciliana, Nausícaa que vivió setecientos cincuenta años antes de
Cristo, salvó el trono de su padre de las ambiciones de los usurpadores y a
sus dos hermanos de una muerte violenta, librándose ella misma de un
desagradable matrimonio gracias a la inesperada ayuda de un noble
cretense que había naufragado en las costas do Sicilia. Esta historia, en la
que el lector reconocerá una variante de un episodio de la Odisea, fue
escrita por Robert Graves en 1955, cuando estudiando los mitos griegos
creyó reconocer la validez de una curiosa hipótesis enunciada en 1896 por
Samuel Butlor, y que atribuía el poema a la inspiración de una joven
princesa siciliana (la que se habría retratado a sí misma en el personaje de
Nausícaa). La Odisea que hoy conocemos no sería en verdad sino la versión
femenina de un poema homérico anterior, protagonizado por una Penélope
adúltera que cedio a los reclamos de todos sus pretendientes. Graves cree
que esta hipótesis es irrefutable (ya Apolodoro había citado una tradición
según la cual el verdadero escenario del poema sería la isla de Sicilia) y ha
recreado en estas páginas fascinantes las circunstancias que impulsaron a
Nausícaa a escribir la Odisea, sugiriendo además de qué modo, como hija
honoraria de Homero, logró que el poema fuese incluido en el canon oficial.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

que es algún dios, Hermes, o quizás Apolo, no me atrevo a insistir en que me lo

revele.

—¿Y qué dice de él ahora la vieja marrana blanca? —preguntó mi tío,

mientras Eumeo corría a buscar el odre de vino, el cuenco de madera de hiedra

y las tazas de madera de hay a.

—Lo mismo que al principio, mi señor.

—¿Quieres invitarlo a que se una a nosotros en esta espléndida colación?

—Ya he enviado a mi hijo a hacerlo, mi señor, con tu permiso.

Pocas veces me he sentido tan alborozada. Los oráculos de las aves, los de las

entrañas de los toros, hechos por sacerdotes de noble familia y larga experiencia:

todo eso está muy bien, pero y o tengo sangre sicania, y los sicanios dicen: « La

vieja marrana blanca sabe decir de qué lado sopla el viento, y jamás se

equivoca» .

Escuchamos el distante pulsar de una lira, y una canción entonada en voz alta,

dulce y melancólica, con muchas e inesperadas notas de adorno. Aunque

conocía tan poco cretense como cualquier griega de Sicilia, la reconocí como

una canción de amor, y me mordí el labio para contener mi emoción.

« ¡Nausícaa —me dije—, ten cuidado! No te traiciones. La habitación está a

oscuras, y si te echas un poco hacia atrás puedes mantener el rostro en la

sombra; pero por lo menos domina la voz» .

Etón entró y tuvo la sensatez de inclinar apenas cortésmente la cabeza en mi

dirección antes de saludar a mi tío. Ahora llevaba puesta una túnica sucia,

harapienta, manchada por el humo, que le había prestado Eumeo, y un manto de

piel de gamo sin curtir.

—El hijo de Eumeo me dice, mi señor —dijo Etón—, que tengo el honor de

hablar con el regente de Drépano, el famoso Méntor de Hiera. Estas toscas ropas

que llevo puestas no deben engañarte en cuanto a mi jerarquía: soy persona de

rango en mi país, y aunque por el momento los dioses me castigan por haber

vivido una vida demasiado afortunada, confío en que muy pronto retirarán su

maldición y me harán volver al trono de marfil del cual fui expulsado.

Mi tío ofreció a Etón su mano derecha y me lo presentó. Etón hizo una

profunda inclinación, yo una leve, y en ese punto Eumeo se disculpó y salió a

continuar con su fabricación de sandalias. No quería molestar a mi tío

escuchando una conversación entre quienes estaban por encima de él.

Etón consideró necesario decir la verdad acerca de sí mismo.

—Soy Etón, hijo de Cástor —dijo—. Soy un cretense de Tarra. Mi madre fue

una concubina comprada por un elevado precio a los piratas, una nativa de Hiera,

y de noble familia. Se llamaba Erinna, y mi padre la amó más que a su esposa

legal…

Mi tío Méntor se puso de pie y abrazó a Etón con solemnidad.

—¿Es posible? —exclamó—. ¿Vive aún? ¿Mi, primita Erinna, a quien los

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!