14.03.2020 Views

La Hija de Homero - Robert Graves

Esta original e inspirada novela de Robert Graves —uno de los máximos conocedores de la antigüedad griega— narra la historia de una notable princesa siciliana, Nausícaa que vivió setecientos cincuenta años antes de Cristo, salvó el trono de su padre de las ambiciones de los usurpadores y a sus dos hermanos de una muerte violenta, librándose ella misma de un desagradable matrimonio gracias a la inesperada ayuda de un noble cretense que había naufragado en las costas do Sicilia. Esta historia, en la que el lector reconocerá una variante de un episodio de la Odisea, fue escrita por Robert Graves en 1955, cuando estudiando los mitos griegos creyó reconocer la validez de una curiosa hipótesis enunciada en 1896 por Samuel Butlor, y que atribuía el poema a la inspiración de una joven princesa siciliana (la que se habría retratado a sí misma en el personaje de Nausícaa). La Odisea que hoy conocemos no sería en verdad sino la versión femenina de un poema homérico anterior, protagonizado por una Penélope adúltera que cedio a los reclamos de todos sus pretendientes. Graves cree que esta hipótesis es irrefutable (ya Apolodoro había citado una tradición según la cual el verdadero escenario del poema sería la isla de Sicilia) y ha recreado en estas páginas fascinantes las circunstancias que impulsaron a Nausícaa a escribir la Odisea, sugiriendo además de qué modo, como hija honoraria de Homero, logró que el poema fuese incluido en el canon oficial.

Esta original e inspirada novela de Robert Graves —uno de los máximos
conocedores de la antigüedad griega— narra la historia de una notable
princesa siciliana, Nausícaa que vivió setecientos cincuenta años antes de
Cristo, salvó el trono de su padre de las ambiciones de los usurpadores y a
sus dos hermanos de una muerte violenta, librándose ella misma de un
desagradable matrimonio gracias a la inesperada ayuda de un noble
cretense que había naufragado en las costas do Sicilia. Esta historia, en la
que el lector reconocerá una variante de un episodio de la Odisea, fue
escrita por Robert Graves en 1955, cuando estudiando los mitos griegos
creyó reconocer la validez de una curiosa hipótesis enunciada en 1896 por
Samuel Butlor, y que atribuía el poema a la inspiración de una joven
princesa siciliana (la que se habría retratado a sí misma en el personaje de
Nausícaa). La Odisea que hoy conocemos no sería en verdad sino la versión
femenina de un poema homérico anterior, protagonizado por una Penélope
adúltera que cedio a los reclamos de todos sus pretendientes. Graves cree
que esta hipótesis es irrefutable (ya Apolodoro había citado una tradición
según la cual el verdadero escenario del poema sería la isla de Sicilia) y ha
recreado en estas páginas fascinantes las circunstancias que impulsaron a
Nausícaa a escribir la Odisea, sugiriendo además de qué modo, como hija
honoraria de Homero, logró que el poema fuese incluido en el canon oficial.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

VI

EL CRETENSE DESNUDO

Nada habría podido ser más correcto que la forma en que se acercó el joven

desnudo.

—Señora —dijo, con acento griego poco familiar, pero musical—,

¡perdóname! Como mis ojos han sido nublados a la vez por el agotamiento y el

agua de mar, no puedo confiar en ellos para que me informen si eres una diosa o

una mortal. Si una diosa, sólo puedes ser Artemisa la cazadora, tan esbelto, fuerte

y regio es tu cuerpo. Pero si eres una mortal, ¡cómo envidio a los padres de

semejante dechado! Desde mi arbusto te vi bailar, y cada movimiento, cada

gesto, eran la perfección… Superabas en brillo a tus compañeras como la luna

supera en luminosidad a las estrellas. ¡Pero infinitamente más envidiable que tus

padres será el hombre que consiga convencerles, con generosos regalos, de que

lo acepten como y erno! Sólo pensar en semejante buena suerte hace más honda

la desdicha de mi situación actual. Mira, soy más pobre que un niño de un día de

edad; por lo menos él tiene su propia cuna, y una faja abrigada en la que sus

amantes parientas han bordado el emblema de su clan. Yo no tengo siquiera un

taparrabos para ocultar mi desnudez; el ávido mar me despojó de todo, salvo de

mi valentía y de estas dos fuertes manos.

Hizo una pausa para observar el efecto de sus palabras; le otorgué una

semisonrisa, y a que tanto su lenguaje como sus modales demostraban que

provenía de una familia distinguida. Además, aunque su cuerpo estaba

magullado, hinchado, tajeado y cubierto de costras de sal, tenía los hombros y

muslos de un atleta, y ensortijado cabello rubio, teñido de rojo, que recordaba el

de Apolo en los frescos del templo.

—El mar te ha dejado también una lengua elocuente —observé—, que no me

resulta del todo desagradable.

Bajando la mirada, continuó:

—Entonces permíteme que te confiese, sin temor de causarte desagrado, que

me invade una especie de temor religioso mientras estoy hincado a tus pies.

Jamás he visto nada tan locamente bello como tu esbelto cuerpo y erguida

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!