Aldaba Gourmet Año 2020

SI HAY UN LUGAR DONDE SE PUEDE HACER TURISMO AGROPECUARIO,
es Constanza, como cariñosamente le digo: «la tierra del cultivo». El
turismo agropecuario o rural es el que se desarrolla en las zonas rurales,
con una mezcla de cultura, riquezas ecológicas y su gente, que con tanto
empeño nos enseñan sus atractivos.
Hace ya unas semanas que estuve
en Constanza. Tenía mucho
sin ir. Había olvidado su
olor a tierra, su paso pausado
y su gente de tan buen corazón,
dispuesta a enseñarnos lo hermoso del
simple vivir. Esta visita la hice de la mano de
mis compañeros de viaje (familia diría yo),
con quienes la experiencia fue más especial.
Dentro de nuestro recorrido cerca del centro,
pasamos de improvisado por varias
siembras de repollo, puerro y albahaca (ahí
se despertó el apetito con ese olor a «pizza»).
La visual de las siembras es verdaderamente
hermosa: cuadradas tan perfectas, todo
tan fresco y con el paisaje circundante de
montañas y más verde, lo que hacen un cuadro
muy especial. Otra de las siembras que
paramos fue de zanahorias, donde vimos a
sus productores sacarlas de la tierra y hasta
tuvimos la oportunidad de sacarlas nosotros
mismos. Tan simple que se oye, pero da gusto
la experiencia.
Sin embargo, el highlight del viaje fue el
mágico rancho de «Fresas Ariyama», donde
su propietaria, Senovia García, con mucho
amor y dedicación, ha hecho de este lugar
una visita de encanto. Recientemente, han
abierto al público con su tour de fresas que
incluye: entrada al ranchito de las fresas,
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