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literatura hilena - Memoria Chilena

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“Pueblo del mal amor” de Juan Radrigán. El. Telón Fotografi’a de Ramón López.<br />

nños’hacia el puro espectáculo- concebido en la mayoriá de<br />

los casos como productos casi estrictamente comerciales.<br />

Los cantantes de moda, las estrellitas pasajeras, los<br />

escándalos de actores y actrices, sus vestuarios o maquillajes,<br />

las peleas y reconciliaciones de unos con otros, todo ello<br />

protagoniza las secciones “culturales” o “arti’sticas” de los<br />

medios de comunicación. El problema no radica en que<br />

ello aparezca, sino en que monopolice las páginas de diarios<br />

Y revistas, las ondas de radio, las imágenes de televisión.<br />

Tal vez el caso más patético 10 constituya el ya desprestigiado<br />

Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar. Las<br />

informaciones comienzan en noviembre (¿quién viene? ,<br />

¿quién no viene? , ¿será un fracaso? , ¿cuántas canciones<br />

han sido seleccionadas? ) y dura, en sus últimos y agónicos<br />

estertores, hasta marzo, aproximadamente. En medio de<br />

estas fechas, una batahola fenomenal se produce, una ola<br />

arrastra los otros temas y todo es un monopolio de los<br />

medios de comunicación que, incluso, se toman en serio el<br />

Y le dan categoriá de gravedad y solemnidad.<br />

Decir que esta situación nunca existió en Chile y que sólo<br />

es Producto de los últimos años, es falso. Existió, y en<br />

abundancia. No estoy capacitado para ofrecer un panorama<br />

de la Presencia de la cultura en los medios de comunicación<br />

de 1973, pero al menos algunos elementos son obvios<br />

b’ por todos reconocidos. Existi’a, quién 10 duda, un mayor<br />

numero de medios de comunicación escritos y durante la<br />

decada del 60 éstos superaron con creces las publicaciones<br />

perrodos anteriores (1). Habi’a la presencia de publica-<br />

cienes especializadas en campos de la cultura y, por supuesto,<br />

una libertad impli’cita les permitiá accionar. Pero lo más<br />

‘Inportante a mi juicio, es que Chile estaba constitui’do por<br />

una sociedad plural y abierta para recibir manifestaciones<br />

c”’tliraleS de la más variada ndole.<br />

Entré al mundo de la cultura, como tantos, en la década del<br />

60. En ese incesante bombardeo todo era legi’timo; el cine<br />

de Bergman y James Bond; el “twist” y el “rock and roll”;<br />

Neruda, Cortázar, la Beauvoir, el Pato Donald y el “Reader’s<br />

Digest”; la televisión y la radio; el Mundial de Fútbol del 62,<br />

las finales deportivas del Estadio Nacional, la revista “Gol y<br />

Gol”; los grabados populares de Goya, el semanario “Ercilla”,<br />

la Nueva Canción C<strong>hilena</strong>, Los Beatles, la Nueva Ola Francesa,<br />

los poemas de Machado cantados por Se,rrat; Adamo,<br />

Sábato, Violeta Parra, los posters que por aquella época<br />

empiezan a popularizarse en los dormitorios juveniles, los<br />

estrenos del Teatro de la Universidad de Chile. . .<br />

Todo ello sin tomar en cuenta el mundo poli’tico<br />

y social que bulli‘a a nuestro alrededor. Tragamos todo<br />

aquello, con los ojos y los oi’dos atentos. En los años<br />

inmediatamente posteriores a la adolescencia, lógicamente<br />

se produci’a un rechazo hacia determinadas formas de<br />

manifestación popular a las que uno habi’a seguido fervorosa-<br />

mente. La “intelectualidad” universitaria.crea anticuerpos<br />

contra todo lo que no sea riguroso, profundo O universal.<br />

Pero, años después, se llega a un equilibrio donde ambas<br />

partes se reconcilian.<br />

Por 10 mismo, ahora ya no me parece tan aplaudible ese afán<br />

por revelar hasta las últimas consecuencias 10s “males” de<br />

esta cultura popular, afán que está presentado simbólicamente<br />

por el famoso “Para leer al Pato Donald”. ¿Cuál es la cri’tica<br />

que le formulo ahora? Simplemente que se pretende que<br />

esas revistas de historietas son el único alimento espiritual de<br />

los lectores, que sus dibujos y sus disvalores son el foco<br />

central de propagación de ideologi’a en un pai’s que, en<br />

definitiva, son los grandes culpables del atraso mental de una<br />

nación. Devoré hasta la indigestión comics del estilo de<br />

“Superman”, “Batman”, “El llanero solitario”, “Aquaman”,<br />

13 .

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