literatura hilena - Memoria Chilena
literatura hilena - Memoria Chilena
literatura hilena - Memoria Chilena
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Iiínites que impone la poli’tica contingente, los lamentos<br />
por la situación económica y las angustias de nuestro<br />
incierto futuro. ES verdad que no deja de ser saludable que<br />
temas hayan aflorado sin que la gente tema tanto por<br />
la integridad personal. Pero el gobierno militar perdió una<br />
de las<br />
batallas que emprendió, Y la perdió<br />
vergonzosamente: Chile sigue siendo un pai’s politizado o,<br />
más aún, politiquero, en el peor sentido de la palabra.<br />
es empobrecedor, porque también ese sector que<br />
se preocupaba por una cultura más noble, ahora<br />
ha olvidado en parte de ella o el espacio que ahora ocupa es<br />
bien decorativo.<br />
se me podrá argumentar que una cultura contestataria ha<br />
rebrotado en Chile con rai’ces más fuertes y profundas. Es<br />
verdad que múltiples manifestaciones artijticas, piloteadas<br />
por heroicos trabajadores de la cultura, cobran fuerza.<br />
Pero para muchos esta cultura sólo tiene valor en la medida<br />
que se opone al régimen. Su vara de medición es la de<br />
cuántas cosas se dicen contra el gobierno y mayor será su<br />
mérito en la medida que más punzantes sean sus alfilerazos<br />
contra el oficialismo. Ello no es condenable, pero indica el<br />
empobrecimiento de la sociedad que la constituye. También<br />
se echa de menos la pluralidad y nuevamente tenemos, en<br />
muchas ocasiones, un solitario y aburrido tono: monotoni‘a.<br />
Siguiendo el curso de esta misma reflexión no es extraño,<br />
entonces, que en Chile se haya impuesto en muchos medios<br />
de comunicación una cri’tica -o comentario, más biende<br />
marcado ?ello contenidista, donde lo principal es destacar<br />
los valores antidictadura de esa obra y colocarse en<br />
“permanente estado de alerta” por si aquella creación<br />
pretende huir de la realidad inmediata o contrabandearnos<br />
mensajes evasivos del Chile que vivimos. Recuerdo cuando<br />
se estrenó el año pasado “El di’a que me quieras”, de José<br />
Ignacio Cabrujas. En ese entonces, más de algún cri’tico<br />
“democrático” rasgo vestiduras en contra de la obra, porque<br />
veiá claramente un ataque al Partido Comunista y a las<br />
fuerzas de izquierda, en general, sumándose asi’al coro de<br />
difamaciones oficialistas. Por su parte, algún comentarista<br />
del otro lado puso a la obra como ejemplo de los elementos<br />
stalinistas que segui’an presentes en el PC. Ninguno de los dos<br />
habiá entendido que la obra, aunque fuera protagonizada por<br />
un militante comunista, no era un ataque o una defensa a este<br />
partido, sino algo más amplio.<br />
Los CRlTlCOS Y LA PRENSA.<br />
En suma, y retomando lo anterior, pienso que los medios de<br />
comunicación han cumplido un papel triste e importante en<br />
el empobrecimiento de la cri’tica. Furgón de cola o pariente<br />
pobre, el periodismo cultural ha sido el patio trasero de la<br />
Prensa en general. Mi experiencia en varios medios de<br />
comunicación y los testimonios de otros en medios distintos,<br />
me han enseñado que lo simple, lo sencillo, lo espectacular,<br />
lo anecdótico 0 10 superficial debe presidir las páginas<br />
culturales. Insisto en lo anterior: no se trata de llenar las<br />
Páginas de diarios y revistas de sesudos análisis y dejar de lado<br />
la enmención pasajera. LO que no comparto es que esta<br />
tendencia sea la Única. La respuesta de los editores, o<br />
de muchos de ellos, es que a la gente le gusta 10 liviano y<br />
Pero la objeción a esto salta de inmediato: el<br />
publico Pedirá sólo aquello a lo que está acostumbrado y si<br />
durante largos años no hay una labor formativa, informativa<br />
O educativa, la pobreza continuará. En muchos medios de<br />
:ymunicación 10s consejos son “no se complique la vida”,<br />
,no se me Ponga estructuralista”, “escriba cuestiones simples”.<br />
‘Qué papel puede tener la critica responsable en medios as¡?<br />
el mundo que constituye el problema de la<br />
crrtica Y 10s medios de comunicación, necesariamente se debe<br />
Incluir una mención a la universidad y sus escuelas de<br />
Periodismo, que tienen responsabilidad en todo esto. Una<br />
universidad vigilada, al decir de Jorge Millas, no prohija<br />
precisamente profesionales cultos o reflexivos sobre la<br />
situación de la cultura. Se trata más bien de una enseñanza<br />
orientada al saber de muchas cosas sin saber, al final, nada..<br />
Y entre las preferencias de los estudiantes de Periodismo, el<br />
campo cultural no es el más valorado. Si por casualidad<br />
alguno de esos estudiantes llega a desempeñarse,en el campo<br />
cultural de algún medio de comunicación, difi’cilmente tendrá<br />
la preparación necesaria y con menor razón podrá valorar o<br />
distinguir un producto bueno de uno malo. Mucho más<br />
difi’cil es que se produzca una generación de cri’ticos que<br />
releve la mediocridad actual.<br />
Pero la gran objeción de los teatristas sigue siendo válida:<br />
en general, la cri‘tica c<strong>hilena</strong> ha sido de baja calidad o, en el<br />
peor de los casos, discreta, discreti’sima. Más aún, me atrevo<br />
a afirmar que critica teatral no existe y, tal vez, nunca ha<br />
existido, en el sentido de una cri’tica como cuerpo de<br />
doctrinas o pensamiento plural que aparece en sucesivas<br />
generaciones y que enfrenta la creación de otros con pasión<br />
y rigor. Cri’ticos sueltos hay, claro, siempre han existido.<br />
Lo que no se divisa son grandes corrientes de pensamiento<br />
que cumplan la sentencia de Octavio Paz: ‘: . . ese mundo<br />
de ideas que al desplegarse crea un ‘espacio intelectual’:<br />
el ámbito de una obra, la resonancia que la prolonga o la<br />
contradice. ~. La cri’tica es lo que llamamos una <strong>literatura</strong><br />
y que no es tanto la suma de las obras como el sistema de<br />
sus relaciones: un campo de afinidades y oposiciones”.<br />
Criticos han existido (existimos), pero no necesariamente<br />
una generación ni’tida, una escuela de pensamiento, ausencia,<br />
por lo demás, crónica en nuestro pai‘s. Si es difi’cil para un<br />
critico establecer un diálogo con el teatrista. lo es también<br />
con el otro cri’tico, normalmente lejano fi’sica y espiritual-<br />
mente. No añoro lo imposible, porque en Chile el fenómeno<br />
de una generación cri’tica ha existido en el campo del cine.<br />
Asi‘como es objetable el mal llamado periodismo cultural,<br />
lo es también la deficiencia técnica de los cri’ticos, que ha<br />
permitido el rebrote de aquella cri’tica excesivamente<br />
contenidista o el retorno de la cri‘tica impresionista.<br />
Pero si se coloca en tela de juicio la participación de los<br />
medios de comunicación y la ausencia de critica masiva y<br />
de calidad, también debe saltar a la palestra la presencia<br />
de la gente de teatro, que de una u otra manera ayuda a<br />
que el problema de la cri‘tica c<strong>hilena</strong> sea aún peor.<br />
MITOLOGIAS DEL ACTOR.<br />
Mi actitud hacia la gente de teatro, dada mi juventud de<br />
los años 73, fue más bien la del aprendiz o admirador.<br />
Releyendo cri’ticas de aquella época, todas llenas de<br />
defectos y presunciones, logro distinguir un afán por<br />
interpretar lo que vi en el escenario, más que enjuiciar o<br />
etiquetar el producto final. Aspiraba, inconscientemente,<br />
a servir de puente entre la obra y el público -según ei<br />
celebrado lugar común- aportando datos y reflexiones<br />
sobre el mundo propuesto en escena. Se podri’a decir que<br />
en mi‘no se ha cumplido aquello de que la cri’tica es una<br />
fábrica de hacerse enemigos. Los incidentes ocurridos,<br />
muy escasos por lo demás, han provenido más bien por<br />
esa atávica vanidad del actor, que antes de saber si el<br />
cri’tico valora bien el espectáculo, busca si su nombre<br />
aparece en letras de molde. Sé lo que digo y creo que el<br />
lector me entiende.<br />
Intentar remontarse a los origenes de la pugna creador-<br />
cri’tico es una faena difi’cil y seguramente sus resultados<br />
serán siempre vagos. El hecho de que ambos aparezcan<br />
como la caricatura de un match boxeril se debe, me<br />
imagino, a que es más impactante el conflicto de ambos<br />
15