literatura hilena - Memoria Chilena
literatura hilena - Memoria Chilena
literatura hilena - Memoria Chilena
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Kaiiióii Grii’fcro. Foto José Luis Sahas.<br />
MTS: ¿Piensas que hay claves o códigos chilenos y belgas?<br />
RG: Pienso que no. Está todo tan mezclado con la TV, la<br />
radio. Nuestra cultura está imbui’da con la europea a<br />
todo nivel: <strong>literatura</strong>, cine, etc.<br />
MTS: Pero no me refiero sólo a las claves audiovisuales, o<br />
arti’sticas, sino además a las de tipo ideológico, poli’tico.<br />
RG: Supuestamente ‘:Cinema Utoppia” deberiá llegar más a<br />
un público chileno que a otro, pero mis obras se<br />
estructuran siempre por la impotencia del hombre frente a<br />
SUS sueños de nostalgia, de rebeldiá. Esto hace que las claves<br />
resu I ten universales.<br />
Mis claves son más de desgarro de sentimientos, superan lo<br />
local. Hay una repetición de mis temas; sólo cambian las<br />
formas.<br />
Quizás estas claves “pegan” más en Chile por razones<br />
coyunturales, pero en Europa yo lo hacía marcándolo más<br />
hacia la decadencia humana. Por ejemplo, en Europa el<br />
personaje del señor del conejo Ilegari‘a 10.000 veces más de lo<br />
que llega acá. En “Opera para un naufragio” yo teni‘a un<br />
Personaje con un perrito y la gente me decya “pero si este es<br />
igual a mi ti’o”; porque en Europa hay millones de esos casos.<br />
Creo que hay un abanico de claves, europeas o c<strong>hilena</strong>s, de<br />
las cuales yo me he nutrido y el punto fuerte va cambiando<br />
según el tipo de público. Por ejemplo, el señor del conejo<br />
llega más fuerte y dramático en Europa y aqui’pasa casi<br />
inadvertido, no ven el drama. Las claves, entonces, cambian<br />
según el contexto donde se presente la obra, pero ésta tiene<br />
algo de universal en ese sentido<br />
MTS: Un cri’tico dijo que tu mundo de decadencia y frustra-<br />
ción pertenece al modo europeo de ver la realidad.<br />
RG: No estoy de acuerdo. Una de las razones por las que a<br />
la gente joven de acá le gusta ver las obras es porque<br />
ellos sienten también esa decadencia y frustración que ha<br />
habido en estos doce años, esa imposibilidad de realizar esas<br />
ilusiones, utopi‘as. Las frustraciones aqui’son tan fuertes<br />
como allá.<br />
MTS: ¿Es un modo universal de ver la realidad?<br />
RG: Exacto, y en Chile tiene más fuerza. Eso lo veo por lo<br />
que me dice la gente después de presenciar la obra, y que<br />
se sienten completamente identificados con las frustraciones<br />
e ilusiones de los personajes. Los cri’ticos, por su parte, son<br />
de otra generación y no ven cosas que ya están incorporadas<br />
a la juventud c<strong>hilena</strong>: que dos tipos hagan el amor, que otro<br />
se pinche; eso ya no es europeo, está incorporado a las<br />
generaciones jóvenes. Quizás ese es el problema del cri’tico:<br />
está alejado de una realidad que puede ser pequeña, pero está<br />
incrustada en un sector juvenil.<br />
MTS: Hay algunos temas de Ramón Griffero: sexo, violencia<br />
y ternura. ¿Cuál es la relación entre ellos? ¿Predomina<br />
alguno?<br />
RG: El motor que tengo para escribir es la hipocresi’a de los<br />
sistemas frente a los problemas, frente al sexo, a la<br />
ternura, la sorpresa que muestran frente a la violencia cuando<br />
vivimos en ella, se sorprenden del pobre carabinero que le<br />
llegó una bala, cuando ha habido millones. Esto está<br />
instaurado. En “Historia” muestro un ataque contra el poder<br />
de esta hipocresi‘a, contra la violencia existente. Alli’habi‘a un<br />
grupo de gente que abusaba de un grupo que supuestamente<br />
protegi’a . A manera de metáfora, el tipo coleccionaba<br />
cerebros. Vivimos en una sociedad muy violenta y nos<br />
hacemos los ilusos, que no existe violencia, y el teatro no<br />
refleja realmente esa violencia que vivimos. Con respecto al<br />
sexo, pasa lo mismo, hay una sexualidad que tiene otra vida<br />
interior, que no aparece hacia afuera. En la obra que escribo<br />
ahora, “La morgue”, el director de la morgue es un señor<br />
respetable que come con su señora y que en la noche se va a<br />
masturbar con los muertos. Ese tipo de desequilibrios se los<br />
atribuyo a los autoritarios, a los representantes del régimen .<br />
represivo. Tienen el otro punto diez veces más perverso. En<br />
“Salo” de Passolini me inspiré para “Historia”, sobre todo<br />
en las imágenes. Pero al mismo tiempo mantienen la paz, el<br />
orden. Hay una necesidad de reflejar esa violencia, de<br />
responder a la hipocresiá que hemos vivido. Se ha tergiversado<br />
todo frente a una generación desinformada, que no ha<br />
asimilado la historia. Saben quizás que Pinochet es malo,<br />
pueden gritar en una protesta, pero no saben la historia. La<br />
ternura es la parte positiva; siempre en mis obras hay<br />
personajes puros, que son engañados, se dan cuenta de alguna<br />
manera y son los que más sufren.<br />
MTS: Dijiste en una entrevista: “Yo no quiero escandalizar<br />
sino conmover”. ¿Podri‘as ampliar esta idea?<br />
RG: Se trata de lograr un teatro que produzca algo. Creo que<br />
esto se puede obtener a través del sentimiento. Brecht<br />
se iba a ver todos los melodramas porque deciá: “Qué<br />
maravilloso lograr que la gente llore”. Trato de que la gente<br />
se emocione con lo mismo que yo veo. Yo escribo a través de<br />
emociones internas, pena, alegriá, rechazo y eso quiero<br />
transmitirlo; quiero que el espectador sea parti’cipe, que<br />
sienta. Por eso en la escenografi’a trato de que no exista<br />
mucha separación entre el público y el actor. Lo ideal en<br />
“Cinema Utoppia” hubiese sido un cine entero. En<br />
“Historia de un galpón” la gente era parte del galpón. Se<br />
trata de incorporar, que el público sea parte, esté en la<br />
escenografiá.<br />
MTS: En otra entrevista dijiste: “Yo creo que el teatro no es<br />
fantasiá, sino refleja como un espejo especial lo que le ha<br />
tocado vivir. La gracia de la dramaturgia está en buscar otro<br />
29