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literatura hilena - Memoria Chilena

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“Versos de ciego” de Luis Alberto Heiremans. Teatro de Ensayo. Foto Combeau.<br />

a la caza de sangre azul para sus vástagos se avecindaban a los cuatro últimos años de su actividad de dramaturgc i un<br />

comienzos de siglo en las capitales de Europa y los que esfuerzo notorio de superación y por lo menos una pi eza,<br />

cincuenta años después no era mucho lo que hablan cambiado. “El abanderado”, que quedará como uno de los clásic os del<br />

Pero no es la dimensión social del tema la que más le interesa teatro chileno de todos los tiempos. Los cri’ticos su,eIi :n<br />

al autor de “Seres de un dla”. Sin ignorarla por completo, dividir SU producción dramática en dos épocas: una p irimera<br />

Heiremans prefiere demorarse en las implicaciones filosóficas de 1951 y 1960, a la que él mismo juzgaba explorator -¡a, y<br />

y psicológicas derivadas de los destinos trashumantes de sus la época de su madurez, desde 1960 hasta 1964. Las obtras<br />

personajes. La oposición entre una Europa exhausta y<br />

que llevó al escenario entre 1951 y 1960 son “Noche de<br />

corrupta y una América joven y pura. de larga y fatigosa equinoccio” (1951), “La hora robada” (1952), “La ei terna<br />

tradición en la <strong>literatura</strong> de la América Hispana (y no sólo en trampa” (1953), “La jaula en el árbol” (1957), “Mosc :as sobre<br />

la <strong>literatura</strong> de la América Hispana, ya que también Henry el mármol” (1961; Publ. 1958), “Esta señorita Trini” (19581,<br />

James hizo de ella uno de sus motivos favoritos), no deja de “Es de contarlo y no creerlo” (1959) y “El palomar a<br />

asomar aqui‘y allá. Son sin embargo los dramas de conciencia<br />

¡as que en este libro, como en la mayoriá de los que escribió,<br />

atraen preferentemente su atención,<br />

La carrera narrativa de Heiremans culmina en la novela “Puerta<br />

de salida”, escrita en PariS y Estados Unidos, entre 1961 y<br />

1963, y que apareció en 1964 en alemán y en español. “ ... Me<br />

interesa describir la realidad que secretan, más que la realidad<br />

oscuras”’(1962; Escr. c. 1959). Como en los relatos, I en estas<br />

piezas el conflicto se basa casi siempre en la discrepan cia<br />

entre la realidad y los sueños. Heiremans comprueba e ‘n ellas<br />

la peligrosa endeblez del ideal; la carda necesaria del SO ñador<br />

que se atreve a hacer frente a ladura terquedad de 10s hc :chos.<br />

Cuando el tono es de comedia, el personaje quimérico resu I ta<br />

más grotesco que penoso; cuando es de tragedia, una e ‘m presa<br />

que actúan los individuos. Creo que los seres, las cosas, tienen<br />

halos, y que los halos son lo trascendente...”, declaró en una<br />

entrevista concedida a propósito de la aparicióm de este libro.<br />

La anti‘tesis entre superficie y profundidad, entre evidencia y<br />

trascendencia se mantiene como vemos impertérrita en la<br />

Última de sus narraciones. Tanto es asi’que incluso la<br />

composición de la misma, armada a base de un ensamble entre<br />

similar le acarrea a quien la asume la melodramática<br />

destrucción de sus aspiraciones. Girodoux y Anouilh, en la<br />

dramaturgia francesa, y Conrado Nalé Roxlo, en la hi5 ,panaamericana,<br />

ofrecen buenos modelos en este sentido y ES a esos<br />

1<br />

modelos, o mejor dicho a los franceses, ya que dudo q ue<br />

Heiremans haya sabido de la historia teatral de Hispan<br />

oamérica,<br />

a 10s que el dramaturgo chileno se encomienda Para d; ir forma<br />

dos planos, uno prospectivo, veloz, objetivo y directo y el otro a SU Propio trabajo.<br />

retrospectivo, moroso, subjetivo y poético, la reproduce, Puestos nosotros a Clasificar este trabajo dramático<br />

yo de<br />

Su’<br />

cuanto a la historia que Heiremans cuenta en ella, la de los 1.35 años cincuenta, creo que lo mejor seri’a poner en n<br />

amores desdichados del pintor chileno Andrés por una costado las comedias fantásticas y de salón, mezcla dz lean<br />

La hora<br />

muchacha francesa, Sybille, no seri‘a memorable si no fuera Anouilh con Noel Coward (“Noche de equinoccio”,<br />

jieza<br />

porque hace uso de elementos presumiblemente autobiográficos robada”, “Es de contarlo y no creerlo”), en otro una I<br />

y porque esta historia ejemplifica de nuevo la ambivalencia de de inspiración pirandelliana (“La eterna trampa”), en tercer<br />

las relaciones del autor con la sociedad y la cultura europeas. lugar un par de dramas psicológicos con algo del primr :r<br />

Era la suya, en la segunda mitad del siglo XX, una reiteración Tennessee Williams (“Moscas sobre el mármol” y “El i alo ornar<br />

a escala ampliada del motivo decimonónico del provinciano a oscuras”), y hasta rematar en dos comedias de corte más<br />

en la ciudad.<br />

bien rutinario, una de lellas semicostumbrista (“La jau la en<br />

Más importante que la narrativa de Heiremans es su teatro. el árbol”) y la otra musical (“Esta señorita Trini”). RI<br />

especto<br />

Aunque sus primeras piezas no difieren mucho de lo que al a la pieza musical, que a ciertos cri‘ticos les parece indi gna de<br />

mismo tiempo estaba haciendo en el campo del relato, hay en la delicadeza artlstica de Heiremans, a nosotros nos tie nta<br />

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