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Encuentros de Diseñadores con Artesanos<br />
58<br />
Actividades<br />
1. La economía: coste, fijación de precios, diseño<br />
y comercialización<br />
El aprendizaje en la Rural University comenzó con<br />
una actividad económica que tenía por objeto<br />
aumentar la capacidad de ingresos de los grupos<br />
de bajos ingresos. Se dio información a los<br />
participantes sobre cómo comprar hilo y cuánto<br />
almacenar; el teñido de algodón y de lana; tejer las<br />
nuevas alfombrillas de lana y algodón; la economía<br />
en la mezcla de materias primas; calcular el costo<br />
y hacer la contabilidad; separar el dinero para pagar<br />
el crédito al banco; prever los gastos de<br />
mantenimiento y depreciación; aprender el valor<br />
de mantener la calidad de sus productos; reparar<br />
y ensamblar los telares. Todos estos temas se fueron<br />
tratando gradualmente.<br />
En el campo de la tejeduría, una vez que el volumen<br />
aumentó substancialmente y el control de calidad<br />
se estableció con más firmeza, los diseñadores<br />
textiles iniciaron la comercialización de los nuevos<br />
productos. Se debatió largamente sobre<br />
metodología de costo y fijación de precios, lo que<br />
motivó preguntas relacionadas con productividad,<br />
calidad, oferta y demanda, economías de escala<br />
en la comercialización, mezcla de productos y<br />
mezcla de materiales.<br />
La experiencia técnica la proporcionó a los<br />
artesanos de Jawaja el Weavers’ Service Centre<br />
(WSC), Mumbai, a través de las relaciones del NID.<br />
El WSC ayudó a elegir los tipos de telares que se<br />
introducirían, supervisó su construcción<br />
localmente, ayudó a su montaje y enseñó a los<br />
pocos tejedores iniciales, cómo ensamblar los<br />
telares. El NID se involucró en toda la actividad de<br />
tejeduría de principio a fin incluyendo la<br />
comercialización. El papel del WSC quedó reducido<br />
al equipamiento y a la formación en producción<br />
por períodos específicos de tiempo; sólo<br />
coincidieron con el del NID en la capacidad<br />
técnica.<br />
El NID continuó con su compromiso de diseñar<br />
nuevos productos, ayudando con lo problemas<br />
técnicos, tales como teñido y siendo uno de los<br />
mayores compradores de productos, además<br />
brindó su apoyo para establecer otros contactos<br />
comerciales.<br />
Hilando la hilaza<br />
En el telar<br />
En unos cuantos años, los ingresos de los tejedores<br />
habían mejorado considerablemente. Toda la<br />
comercialización la hacía el NID; desde el punto<br />
de vista de los tejedores, el sentir tranquilidad<br />
porque las ventas no eran un problema, significó<br />
un gran alivio. Esto les dio un sentido de seguridad<br />
con relación a su flujo de ingresos.<br />
Estaban seguros de la relativa indulgencia del NID<br />
al ejercer el veto del control de calidad y asumieron<br />
que cualquier producto salvo raras excepciones,<br />
sería aceptado. Sin embargo, reunión tras reunión,<br />
se encontraron los mismos defectos. El NID decidió<br />
ser estricto con los rechazos. Los tejedores<br />
intentaron entregar tapetes que habían sido<br />
rechazado previamente, esperando que fueran<br />
aceptados. Surgieron problemas cuando los<br />
tejedores tuvieron que tomar decisiones negativas<br />
unos contra otros. En las primeras reuniones, la<br />
primera opción utilizada fue la ‘suave’ que consistió<br />
en que el NID hizo una rebaja nominal en el precio<br />
de compra del producto. La opción ‘dura’ de<br />
rechazo fue adoptada más tarde cuando se vio<br />
que la opción ‘suave’ no funcionaba; esto significó<br />
que el tejedor tendría que pasar tiempo<br />
deshaciendo el tapete y tejiéndolo de nuevo.<br />
El NID insistió en el nivel de calidad porque Panipat<br />
ofrecía mayor competencia en el mercado urbano<br />
y los tejedores de Jawaja, al pedir precios más altos<br />
por sus productos, sólo podrían mantener el<br />
mercado si la calidad de sus propios productos<br />
era excelente y uniforme. Cuando el NID ejerció la<br />
opción de rechazo, las existencias de los tejedores<br />
comenzaron a acumularse; lo mismo ocurrió con<br />
el resentimiento de unos contra otros. La norma<br />
que se adoptó fue que los tejedores que juzgaran<br />
la calidad de un tapete en particular, no sería del<br />
mismo pueblo en que se hubiera tejido. La actitud<br />
del tejedor del tapete rechazado era igualmente<br />
importante. Durante algún tiempo, los rechazos<br />
se tomaron filosóficamente, se admitieron los<br />
errores y aunque existía el descontento, el<br />
resentimiento no se dirigió a nadie directamente.<br />
Sin embargo, era fácil para las fuerzas externas<br />
romper la unidad del grupo. Los sentimientos de<br />
malestar dentro del grupo, avivados por el<br />
prestamista local, desembocaron en el aumento<br />
de la competencia, así como en el bloqueo del