Obras de SAN AGUSTÍN - 10

436 Sermón XXVIII
pasajera hay mucho de maravilloso. Si teniendo vosotros
hambre os presentara panes, no entrarían íntegros en cada
uno de vosotros. Os repartiríais lo que os diera, y cuanto más
fuerais, a menos os tocaría. Ahora os estoy hablando. No
dividís ni las palabras ni las sílabas, ni repartís por el medio
mi palabra para que uno se lleve una parte y otro otra, y así,
en partículas y migajas, llegue a cada uno de vosotros lo que
os digo. Uno lo oye todo íntegro; íntegro lo escuchan dos;
todo lo oyen muchos a la vez y cuantos hayan venido lo oyen
también íntegramente. Basta para todos y en todos queda sin
dividirse. Tu oído está en disposición de escucha; en nada te
puede entorpecer el oído del vecino. Si esto sucede así con la
palabra que suena, ¿qué no sucederá con la Palabra todopoderosa?
Así como esta nuestra voz se hace presente totalmente
en los oídos de cada uno de los oyentes, y no son tantas mis
palabras cuantos son vuestros oídos, sino que una sola palabra
llena muchos oídos, sin dividirse, siendo íntegra para todos,
pensad lo mismo de la Palabra de Dios, que está toda en el
cielo, toda en la tierra, toda entre los ángeles, toda junto al
Padre, toda en el seno de la Virgen, toda en la eternidad, toda
en la carne, toda en los infiernos cuando fue a visitarlos, toda
en el paraíso a donde llevó al ladrón. Todo esto lo he dicho
acerca del sonido.
5. ¿Qué tendré que decir si hablo de la idea? ¡Y cuan
inferior es a la Palabra de Dios! He aquí que estoy emitiendo
un sonido; una vez emitido ya no puedo recogerlo. Y si quiero
que me sigáis escuchando, tengo que emitir otro; y cuando
enim si vobis esurientibus panem apponerem, non perveniret ad singulos;
totum dividcretis vobis quod posuissem, et quanto plures essetis, tanto
minus haberetis. Modo autem sermonem profero, verba Ínter vos et
syllabas non dividitis, nec secatis sermonem meum, ut alius tollat istam
partem, alius illam, et sic minutatim et particulatim ad singulos quosque
quod dico perveniat: sed totum audit unus, totum audiunt dúo, totum
audiunt plures, et quotquot venerit totum audiunt; et ómnibus sufficit,
et singulis integrum cst: praeparatur ad audiendum auris tua, nec eam
fraudat vicina auris aliena. Si hoc fit de verbo sonante, quid fit de Verbo
omnipotente? Quomodo enim vox ista nostra auribus omnium audientium
singulis tota est et apud singulos tota est; nec tot sunt meae voces quot
vestrae aures, sed una vox multas aures implet, non divisa, sed ómnibus
tota: sic cogítate Verbum Dei totum in caelis, totum in terris, totum
in Angelis, totum apud Patrem, totum apud Virginem, totum in aeternitate,
totum in carne, totum ad inferos, cum visitaret, totum in paradiso,
quo latronem transtulit. Haec dixi de sonó.
5. De intellectu.—Quid, si de intellectu aliquid dicam? quanto minus
est quam Verbum Dei? Ecce nim sonum profero; sed cum protulero, iam
non revoco, sed si voló audiri, alterum sonum profero, et cum ipse
Comentario del salmo 104,3 437
éste se haya apagado, vuelvo a proferir otro o sobreviene el
silencio. Pero la idea te la envío a ti y la retengo también en
mí; te encuentras lo que oíste y yo no me despojo de lo que
dije. Pensad qué cierto es esto. Y alégrese el corazón de los que
buscan al Señor. Porque Dios es la primera Verdad. La idea,
pues, aun estando dentro de mí, va hacia ti y a mí no me abandona.
No obstante, permaneciendo esta idea dentro de mí y queriendo
introducirla en tu corazón, busco el sonido como un
vehículo por el que pase hacia ti 2 . Y entonces tomo el sonido
y, en cierto modo, lo coloco encima de la idea, lo profiero,
lo hago avanzar, lo enseño y no lo pierdo. Si todo esto puede
hacer mi idea a partir de mi voz, ¿no pudo hacerlo la Palabra
de Dios con su carne? Pues bien, la Palabra de Dios, Dios junto
a Dios, Sabiduría de Dios, que permanece inmutablemente
junto al Padre, para llegar hasta nosotros buscó la carne como
si fuera el sonido, se metió dentro de ella y avanzó hasta nosotros
sin abandonar la compañía del Padre. Entended y saboread
esto que habéis escuchado. Reflexionad sobre cuál y cuan
grande es, y, tratándose de Dios, pensad cosas aún mayores.
El supera a toda luz, a todo sonido, a toda idea. Por lo tanto,
se ha de desear y se ha de suspirar por él con el amor, para
que se alegre el corazón de los que buscan al Señor.
transierit, profero alterum, aut silentium consequetur: intellectum vero
et profero ad te, et teneo apud me; et invenís quod audisti, et non perdo
quod dixi. Videte quam vera sint, et laetetur cor quaerentium Dominum.
Dominus enim ipsa principa [185] lis veritas est. Intellectus ergo manens
in corde meo migrat ad tuum, nec deserit meum. Verumtamen cum intellectus
inest cordi meo, et voló ut insit etiam cordi tuo, quaero qua
ad te transeat quasi vehiculum sonum; et assumo sonum, et quasi impono
intellectum, et profero, et produco, et doceo et non amitto. Si potuit hoc
faceré intellectus meus de voce mea, non potuit Verbum Dei de carne
sua? Ecce enim Verbum Dei Deus apud Deum, sapientia Dei manens
incommutabiliter apud Patrem, ut procederet ad nos, carnem quasi sonum
quaesivit, eique se inseruit, et ad nos processit, et a Patre non recessit.
Intellegite, sapite hoc quod audistis, quantum sit et quale cogítate, et de
Deo maiora sentite. Vincit iíle omnem lucem, vincit omnem sonum,
vincit omnem intellectum. Desiderandus est, et ad eum caritate inhiandum
est, ut laetetur cor quaerentium Dominum.
2 De esta misma imagen se servirá en otras ocasiones (S.119,7; 223 A 2;
= Denis 2) para explicar la encarnación del Verbo. Lo que aquí es el sonido,
revelador del intellectus, allí será la carne, manifestadora del Verbo de Dios.