Obras de SAN AGUSTÍN - 10

708 Sermón XLVIII
posesión nuestra. Pero con una distinción: Vosotros sois hombres;
yo, el Señor, vuestro Dios, dice el Señor Dios nuestro.
SERMÓN XLVIII
Tema: Comentario de Miqueas 6,6-7.
Fecha: Posterior al año 418.
Lugar: Basílica Celerína, de Cartago.
1. Hemos escuchado las lecturas de la palabra divina
cuando fue proclamada. Ella nos propone el tema de qué hablar.
En ella hemos de encontrar el buen sabor; lo que de ella
saboreamos hemos de diseminarlo, ayudándonos aquel en cuyas
manos, como está escrito, estamos nosotros y nuestras palabras.
No en vano está escrito en otro lugar: Alabaré el hablar;
en el Señor alabaré la palabra. Lo que se alaba en el Señor
es lo que da el Señor mismo. Aunque débiles, somos sus
•vasos. Recibimos en la medida de nuestra capacidad, comunicamos
sin envidia lo que recibimos. Supla él en vuestros corazones
lo que nosotros hagamos de menos, porque aun lo que
obramos en vuestros oídos, ¿qué es si él no lo actúa en vuestros
corazones?
2. Recordad, repitiéndolo yo, lo que nos había intimado
distinctione? Vos homines estis, ego Dominus Deus vester, dicit Dominus
Deus noster.
SERMO XLVIII [PL 38,316]
DE VERBIS MICHAEAE PROPHETAE, C.6,6-8: «QUID DIGNÜM OFFERAM DO­
MINO», ETC. DEQUE PSALMO 72: «QUAM BONUS ISRAEL DEUS», ETC.
CAPUT I.—1. Vraedicator verbi operatur in auribus, Deus in cor de.—
Lectiones divinorum eloquiorum, cum recitarentur, audivimus. Ea nobis
est materies loquendi proposita; inde sapere debemus, inde seminare
quod sapimus, adiuvante illo, in cuius manu sunt, sicut scriptum est,
et nos et sermones nostri (Sap 7,16). Nec frustra alio loco scriptum est,
In Domino laudabo sermonem, in Domino laudabo [317] verbum
(Ps 55,11). Hoc laudatur in Domino, quod dat Dominus. Quamvis ergo
infirmi simus, vasa tamen sumus eius: capimus quantum possumus, communicamus
sine livore quod capimus. Suppleat ille in cordibus vestris,
quod nos minus fecerimus: quia et quod operamur in auribus vestris,
quid est, nisi ille totum agat in cordibus vestris?
2. Sacrificium Deo nos ipsi. ludicium et iustitiam faceré. Perversum
Comentario de Miqueas 6,6-7 709
la primera lectura. ¿Qué ofreceré yo, dice, de digno al Señor?
Buscaba el hombre un sacrificio con que aplacar a Dios o que
fuese de su agrado. ¿Doblaré, dice, mi rodilla ante el Dios
excelso; le aplacaré con millares de toros o con diez mil cabras
gordas, u ofreceré a Dios el fruto de mi vientre en satisfacción
del pecado de mi alma? ¿Ofreceré, dice, a Dios mis primogénitos
en satisfacción del pecado de mi alma? Se te responderá, ¡oh
hombre! ¿Quién te responderá, ¡oh hombre!, sino aquél por
quien fue hecho el hombre? Se te responderá, ¡oh hombre!,
que buscas qué ofrecer a Dios, con qué aplaques al Señor y con
qué agrades a Dios. Se te responderá qué es el bien, o qué otra
cosa el Señor requiere de ti: que practiques el juicio y la justicia,
ames la misericordia y estés dispuesto a ir con el Señor
tu Dios. Buscabas qué ofrecer por ti. Ofrécete a ti mismo.
¿Qué es lo que el Señor requiere de ti, sino a ti mismo? No
hizo criatura alguna terrena mejor que tú. Te reclama a ti
mismo, puesto que te habías perdido a ti mismo. Si cumples lo
que mandó, encuentra en ti el juicio y la justicia: el juicio, en
ti mismo; la justicia, con referencia a tu prójimo. ¿Cómo encuentras
el juicio en ti mismo? Ha de desagradarte lo que eras
para que puedas ser lo que no eras. El juicio, digo, acerca de ti
mismo, sin aceptación de tu persona; para que no perdones
a tus pecados ni, en consecuencia, te agraden porque eres tú
quien los haces; para que ni te alabes en tus bienes ni acuses
a Dios en tus males. Esto sería un juicio perverso y, por lo
iudicium non est iudicium.—Lectio prima prophetica quid nobis commendaverit,
me commemorante recolite. Quid dignum, inquit, offeram Domino?
Quaerebat homo sacrificium quo placaret Deum, vel quo placeret
Deo: Curvabo, inquit, genu Deo excelso, placabo eum in millibus taurorum,
aut in denis millibus caprarum pinguium, aut offeram Deo fructum
ventris mei pro peccato animae meae? Primogénita, inquit, mea offeram
Deo meo pro peccato animae meae? Respondetur tibí, o homo. O homo,
a quo respondetur, nisi a quo factus est homo? Respondetur ergo tibi,
o homo, quaerenti quid offeras Deo, et unde places Deum, vel unde
placeas Deo.
CAPUT II.—Respondetur tibi quid sit bonum; aut quid aliud Dominus
exquirat a te, nisi ut facías iudicium et iustitiam, et diligas misericordiam,
paratusque sis iré cum Domino Deo tuo.—Quaerebas quid offerres pro
te: offer te. Quid enim Dominus quaerit a te, nisi te? Quia in omni
creatura terrena nihil melius fecit te. Quaerit te a te, quia tu perdideras
te. Si autem facías quod iussit, invenit in te iudicium et iustitiam:
iudicium primo in te ipso, iustitiam ad proximum tibi. Quomodo iudicium
in te ipso? Ut displiceas tibi quod eras, et possis esse quod non eras,
ludicium, inquam, de te ipso in te ipso sine acceptione personae tuae,
ut non parcas peccatis tuis, nec ideo tibi placeant, quia tu facis: nec te
laudes in bonis tuis, et Deum accuses in malis tuis. Hoc enim est perversum
iudicium; et ideo nec iudicium. Ut enim ostenderet Deus perversum