Obras de SAN AGUSTÍN - 10

642 Sermón XLVI
24. Las sacaré de entre los pueblos, las recogeré de las
regiones, las conduciré a su tierra y las apacentaré sobre los
montes de Israel. Constituyó como montes de Israel a los
autores de las Escrituras divinas. Apacentaos allí para hacerlo
con seguridad. Cuanto oigáis que procede de allí deleite vuestro
gusto; rechazad cuanto es extraño. No os extraviéis en la
niebla, oíd la voz del pastor. Reunios en los montes de la
Sagrada Escritura. Allí se encuentran las delicias de vuestro
corazón; nada hay venenoso, nada extraño; hay pastos ubérrimos.
Vosotras venid sanas, apacentaos sanas en los montes de
Israel. Y en los riachuelos y en todo lugar de la tierra. En estos
montes que estamos mostrando tienen su cabecera los riachuelos
de la predicación evangélica, cuando en toda la tierra se extendió
su voz y todo lugar de la tierra se hizo alegre y fecundo
para las ovejas que han de ser apacentadas, has apacentaré en
buenos pastos en los altos montes de Israel y tendrán allí su
aprisco, es decir, el lugar donde descansen, donde digan: «Se
está bien»; donde digan: «Es verdad, está claro, no nos engañaron».
Descansarán en la gloria de Dios, como en sus apriscos.
Y dormirán, es decir, descansarán, y descansarán en completas
delicias.
25. Se apacentarán en pingües pastos sobre los montes de
Israel. Dije ya quiénes eran los montes de Israel, los montes
buenos a los que levantamos los ojos para que de ellos nos
venga el auxilio. Pero nuestro auxilio nos viene del Señor, que
hizo el cielo y la tierra. Por esto, para que ni siquiera en los
24. Montes Israel, ubi pascua bona.—Et educam eas de gentibus,
et colügam eas de regionibus; et inducam eas in terram earum, et pascam
eas super montes Israel. Constituit montes Israel, auctores Scripturarum
divinarum. Ibi pascite, ut securae pascatis. Quidquid inde audieritis, hoc
vobis bene sapiat: quidquid extra est, respuite. Ne erretis in nébula,
audite vocem pastoris: colligite vos ad montes Scripturae sanctae; ibi
sunt deliciae cordis vestri, ibi nihil venenosum, nihil alienum; ubérrima
pascua est: vos tantum sanae venite, sanae pascimini in montibus Israel.
Et in vivís, et in omni habitatione terrae. A montibus enim, quos ostendimus,
manaverunt rivi praedicationis evangelicae, cum in omnem terram
exiit sonus eorum (Ps 18,5): et facta est omnis habitatio terrae ad
pascen[285]das oves laeta atque fecunda. In pascua bona pascam eas, et
in montibus dtis Israel. Erunt stabula earum illic: hoc est, ubi requiescant,
ubi dicant, Bene est; ubi dicant, Verum est, manifestum est, non
fallimur. In gloria Dei requiescent, tanquam in stabulis illis. Et dormient,
hoc est, requiescent; et requiescent in deliciis bonis.
25. Spes ovium in solo Deo.—Et in pascua pingui pascentur super
montes Israel. Iam dixi montes Israel, montes bonos, quo levamus
oculos, ut nobis inde auxiliúm veniat. Sed auxilium nostrum a Domino,
qui fecit caelum et terram (Ps 120,1.2). Ideo ne vel in montibus bonis
Los pastores (Ez 34,1-16) 643
montes buenos pusiésemos nuestra esperanza, dijo: Apacentaré
mis ovejas sobre los montes de Israel; más aún, para que no
te quedases en los montes, añadió inmediatamente: Yo apacentaré
mis ovejas. Levanta tus ojos a los montes, de donde te
vendrá el auxilio; pero escucha a quien dice: Yo apacentaré.
Tu auxilio está en el Señor, que hizo el cielo y la tierra.
26. Y yo las haré descansar, dice el Señor Dios. Mas, para
hacerlas descansar, ¿de qué se preocupó con anterioridad? Lo
que fueron sus anteriores preocupaciones lo dice después:
Esto dice el Señor Dios: Buscaré la que se perdió; llamaré la
que se extravió; vendaré la quebrada, fortaleceré la débil
y custodiaré la que es pingüe y fuerte: cosas todas que no hacían
los malos pastores, que se apacentaban a sí mismos, no a las
ovejas. No dice el Señor: «Pondré otros pastores que hagan
esto», sino: «Yo mismo lo haré; no confiaré mis ovejas a ninguno
otro». Estad tranquilos, hermanos; estad confiadas vosotras,
las ovejas. Somos nosotros los que hemos de temer, como
si faltase el pastor bueno.
27. Concluye de esta forma: Y las aceptaré con justicia.
Ten en cuenta que sólo él las apacienta así; él, que las apacienta
con justicia. ¿Qué hombre puede juzgar a otro hombre? Todo
está lleno de juicios temerarios. Aquel de quien habíamos
perdido toda esperanza se convierte repentinamente y se h«ce
buenísimo. Aquel de quien habíamos esperado tanto, cae repentinamente
y se convierte en pésimo. Tanto nuestro temor como
nuestro amor son inseguros. Qué es el día de hoy un hombre
esset spes nostra, cum dixisset, Pascam oves meas super montes Israel:
rursus ne tu spem poneres in montibus, subiecit statim, Ego pascam oves
meas. Leva tu oculos tuos in montes, unde veniat auxilium tibi: sed
atiende dicentem, Ego pascam. Auxilium enim tuum a Domino, qui fecit
caelum et terram.
26. Ovium sanitas et requies ex Deo.—Et Ego requiescere faciam
eas, dicit Dominus Deus. Sed ut requiescere faciat, primo curavit. Quod
enim primo curavit, posterius dicit: Haec dicit Dominus Deus, Quod
periit, requiram; et quod erravit, revocaba; et quod comminulum est,
colligabo; et quod exanime est, conjortabo; et quod pingue est et quod
forte est, custodiam. Quod non faciebant mali pastores, se ipsos pascentes,
non oves. Non ait Dominus, Constituam alios bonos pastores, qui
faciant haec: sed, Ego, inquit, faciam; oves meas nulli committam. Securi
vos, fratres; securae vos, oves: nobis videtur timendum; quasi desit
pastor bonus?
CAPUT XII.—27. Pascere cum iudicio.—Claudit sic: Et pascam eas
cum iudicio.—Vide quia sic solus pascit cum iudicio. Quis enim homo
iudicat de homine? Temerariis iudiciis plena sunt omnia. De quo desperaverimus,
súbito convertitur, et fit optimus: de quo multum praesumpserimus,
súbito déficit, et fit pessimus. Nec timor noster certus est, nec