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Celos<br />

Traducido por Annabelle<br />

Desperté sobre mi estómago, desnuda y enredada en las sabanas de<br />

Travis Maddox. Mantuve mis ojos cerrados, sintiendo como sus dedos<br />

acariciaban mi brazo y espalda.<br />

Suspiró profundo, contento, y habló en voz baja. —Te amo, Abby. Voy a<br />

hacerte feliz, lo juro.<br />

La cama se hundió al moverse, y luego sus labios se movieron en lentos<br />

y cortos besos hacia mi espalda. Me quedé quieta, y justo cuando iba a<br />

alcanzar la piel debajo de mi oreja, me abandonó y caminó hacia el baño al otro<br />

lado de la habitación. Sus pasos se escuchaban tranquilos por el pasillo, y las<br />

tuberías chillaron con la presión del agua en la regadera.<br />

Abrí los ojos y me senté, estirándome. Cada músculo en mi cuerpo dolía,<br />

músculos que ni siquiera sabía que tenía. Sostuve la sabana contra mi pecho y<br />

miré hacia la ventana, viendo como hojas amarillas y rojas caían en espiral<br />

desde las ramas hasta el suelo.<br />

Su celular vibró en algún lugar en el piso, y luego de buscarlo<br />

torpemente por el desastre de ropa en el suelo, lo encontré en el bolsillo de sus<br />

jeans. En la pantalla sólo aparecía un número, sin nombre.<br />

— ¿Hola?<br />

— Se encuentra… Se encuentra Travis?<br />

—Está en la ducha, ¿quieres dejarle un mensaje?<br />

—Claro que lo está. Dile que Megan llamó, ¿podrías?<br />

Travis entró, amarrando la toalla alrededor de su cintura salpicada de<br />

agua, sonreí y le tendí el teléfono.<br />

—Es para ti.<br />

Me besó antes de mirar la pantalla, y luego negó con la cabeza. — ¿Si?<br />

Era mi novia, ¿Qué necesitas, Megan? —Escuchó por un momento para<br />

después sonreír—. Bueno, ¿Qué te puedo decir? Pigeon es especial. —Luego de<br />

una larga pausa, rodó los ojos. Sólo me podía imaginar lo que ella estaba<br />

diciendo—. No seas una perra, Megan. Escucha, no puedes llamarme más…<br />

Bueno, el amor hace eso. —dijo, mirándome cariñosamente—. Sí, con Abby. Es<br />

en serio Megan, no más llamadas… Hasta luego.<br />

Lanzó el teléfono a la cama, y se sentó a mi lado. —Estaba un poco<br />

molesta. ¿Te dijo algo?<br />

Librosdelcielopersonal.blogspot.com

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