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Miré a América, quien miraba a Travis con ira, como si ella quisiera<br />

matarlo. — ¿Realmente esperabas que ella permaneciera aquí?<br />

—Bebé —susurró Shepley.<br />

—No me provoques, Shep. No te atrevas a defenderlo de mí. —América<br />

explotó.<br />

Travis parecía desesperado. —Lo siento tanto, Pidge. Ni siquiera sé qué<br />

decir.<br />

—Vamos, Abby. —dijo América. Se levantó y tiró de mi brazo.<br />

Travis dio un paso, pero América lo apuntó con su dedo. — ¡Dios,<br />

ayúdame, Travis! ¡Si intentas detenerla, te empaparé en gasolina y prenderé<br />

fuego mientras duermes!<br />

—América. —dijo Shepley, sonado un poco desesperado. Pude ver que él<br />

estaba dividido entre su primo y la mujer que amaba, y me sentí terrible por él.<br />

La situación era exactamente como la que él había estado tratando de evitar<br />

todo el tiempo.<br />

—Estoy bien. —dije, exasperada por la tensión en la sala.<br />

— ¿A qué te refieres con que estás bien? —preguntó Shepley, casi<br />

esperanzado.<br />

Rodé mis ojos. —Travis trajo mujeres a casa del bar anoche, ¿Y qué?<br />

América parecía preocupada. —Uh, Abby. ¿Estás diciendo que estás bien<br />

con lo que pasó?<br />

Los miré a todos. —Travis puede traer a casa a quien quiera. Es su<br />

apartamento.<br />

América me miró como si hubiera perdido la cabeza, Shepley estaba al<br />

borde de una sonrisa y Travis parecía peor que antes.<br />

— ¿Tú no empacaste sus cosas? —preguntó Travis.<br />

Sacudí la cabeza y miré el reloj; pasaban de las dos de la tarde. —No, y<br />

ahora voy a tener que desempacar todo. Todavía tengo que comer, ducharme y<br />

vestirme… —dije, caminando hacia el baño. Una vez que cerré la puerta detrás<br />

de mí me recosté contra ella y me se deslicé hasta el suelo. Estaba segura de<br />

que había hecho enojar a América más allá de poder reconciliarnos, pero le<br />

hice una promesa a Shepley y tenía la intención de mantener mi palabra.<br />

Un suave golpe en la puerta se escuchó encima de mí. — ¿Pidge? —dijo<br />

Travis.<br />

— ¿Sí? —dije, tratando de sonar normal.<br />

— ¿Te vas a quedar?<br />

—Puedo irme si quieres que lo haga, pero una apuesta es una apuesta.<br />

Librosdelcielopersonal.blogspot.com

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