Informe 12-13. Murcia - Foro Ignacio Ellacuría

7.- Ideología y violencia
Hay ideologías violentas que orientan la acción de los individuos de tal manera
que la posibilidad de cometer actos violentos es mayor que en otros casos. En el caso
de estos grupos de jóvenes, la ideología es algo más que un recurso del discurso violento,
es lo que lo pre-conforma. Muestra a las víctimas posibles y ofrece potenciales
argumentaciones justificatorias. Por una parte, la ideología se muestra en el discurso
violento de forma abierta y argumentada y por otro permite la complicidad con manifestaciones
verbales brutales que trivializan actos muy graves como el holocausto
nazi. El discurso violento ya es una forma de acción violenta.
En los grupos estudiados predominan tres tipos de contenidos ideológicos explícitos:
- Totalitarismo: nacionalismo centralista, sobrevaloración de la ideología, acción
directa como forma de ejercicio del poder, añoranza de los viejos fascismos,
manifestaciones en contra del sistema en su totalidad sin especificar qué es.
- Nacionalismo, no tanto de corte político como en su relación con la identidad
cultural. Se relaciona con el centralismo, el militarismo, el imperialismo, el racismo
y el uso de la violencia.
- Racismo, identificado con el nacionalsocialismo y sus ideas de pureza de raza,
aunque no se alardea demasiado de él dada su escasa aceptación social. También se
presenta de varias formas:
a.- Racismo diferencialista: se centra en la construcción del otro como diferente
de uno mismo, apoyándose en los rasgos físicos y en la cultura y las
formas de vida. Los otros construidos son normalmente negros, moros, gitanos,
judíos y chinos.
b.- Racismo de la jerarquización: niega la igualdad de derechos entre los
diferentes colectivos humanos basándose en consideraciones racistas.
Construcción discursiva de la violencia
El discurso violento se fragua a través de un proceso en el que la autora distingue
tres momentos:
- Construcción del otro como diferente: depende de si se trata de grupos de iguales
o grupos considerados inferiores. En el primer caso (grupos rivales) la diferencia
no es percibida como necesariamente amenazante, ya que ocupa espacios simbólicos
separados y el enfrentamiento sólo se produce en las zonas de contacto. En el
segundo caso (inmigrantes, homosexuales, drogadictos), las zonas comunes son muy
amplias y el contacto se busca conscientemente. Su falta de normalidad genera el
rechazo y justifica la violencia.
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