Informe 12-13. Murcia - Foro Ignacio Ellacuría
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- Y el aparcamiento de la política como forma de gestionar los conflictos, sustituyéndola<br />
por una estrategia de hegemonía militar. La evidente y ofensiva minimización<br />
del papel de la ONU iría en consonancia con esta estrategia.<br />
Para Ingrao, el imperialismo norteamericano es el último estadio del proyecto del<br />
Reich de los 2.000 años de Occidente, cuyas fases anteriores fueron el imperio<br />
español y el británico. Y si hay alguna esperanza de contrarrestarlo, el autor la ve más<br />
–a pesar de los interrogantes- en el movimiento antiglobalización que en los partidos<br />
tradicionales.<br />
***<br />
Las cuestiones que centraron el debate posterior fueron éstas:<br />
Los recursos han jugado desde siempre un papel fundamental en las guerras, pero<br />
hoy nos encontramos con un hecho que justifica más que nunca su influencia en la<br />
escalada del belicismo: la conciencia de que la mayoría de ellos no son renovables<br />
y de que aquel que los controle se asegura su supervivencia.<br />
Pero debajo de esta acaparación de recursos no siempre hay una necesidad de<br />
supervivencia. El afán de lucro es el sostén de una buena parte de las guerras<br />
modernas. En la actualidad hay dos grandes industrias que mueven el mundo: la<br />
farmacéutica y la bélica. E igual que nos ronda la sospecha de que la primera ha sido<br />
capaz de crear una falsa pandemia (la Gripe A) sólo para dar salida a sus productos,<br />
también sabemos que muchos conflictos bélicos han sido generados o espoleados<br />
para seguir manteniendo la industria armamentística, fuente de pingües beneficios<br />
para los países desarrollados. En estos casos, lucro y supervivencia son la misma<br />
cosa, ya que sin plusvalía el capitalismo se vendría abajo. Desde este planteamiento,<br />
la guerra se considera una herramienta útil para el mantenimiento del sistema.<br />
No existe una justificación única para la opción bélica: a veces se habla de<br />
defensa propia, otras de defensa ajena (que normalmente suele ser defensa de los<br />
intereses ajenos de los que dependen los propios). Dependiendo de las necesidades<br />
de cada momento se destacará uno u otro argumento.<br />
El belicismo también tiene su concreción en el plano doméstico: la guerra sucia<br />
entre partidos con fines electoralistas o la competitividad descarnada entre empresas<br />
propia del capitalismo. Existe una mentalidad extendida de darwinismo social que<br />
entiende que las víctimas son un precio necesario para el avance de la especie y es<br />
esta misma mentalidad la que está presente en la consolidación del belicismo como<br />
única respuesta al conflicto social, descartando otras posibles respuestas no violentas<br />
y probablemente útiles si se les diera una oportunidad.<br />
Pero hasta las personas declaradamente pacifistas alguna vez nos sorprendemos<br />
pensando si hay ocasiones en las que la guerra es la única vía posible. Es lo que los<br />
antiguos llamaron “guerra justa” y hoy preferimos llamar “intervención humanitaria”.<br />
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