Informe 12-13. Murcia - Foro Ignacio Ellacuría

consagración del terrorismo como amenaza permanente se ha traducido en la creación
de un estado de emergencia permanente que abre la puerta a políticas de excepcionalidad
donde el desvío de fondos estatales hacia la defensa y el recorte indisimulado
de derechos civiles se consideran justificados.
Por lo que respecta al papel de los movimientos sociales, la actual crisis los ha
hecho casi desaparecer de la escena pública. La gente está hoy más centrada en los
resultados de las pruebas de estrés de los bancos, en el paro y los recortes y cada vez
menos en los análisis del funcionamiento de un sistema que no sólo ha propiciado
la crisis sino que la ha aprovechado para salir reforzado de la misma, minimizando
aún más la capacidad de maniobra de los Estados y ahorrándose la pátina de
“bienestar social”, porque ha llegado el momento de hacer sacrificios y ahora ya se
puede decir sin rubor que el sistema sólo irá a mejor si sus integrantes van a peor.
Sesión 4
Identidades asesinas: nacionalismos, fundamentalismos y terrorismo
El tema de la cuarta sesión, “Identidades asesinas: nacionalismos, fundamentalismos
y terrorismo”, fue preparado por Norberto Smilg. Las obras trabajadas fueron:
Amin Maalouf, Identidades asesinas, Alianza, Madrid 1999 y Sen, Amartya: Identidad
y violencia: la ilusión del destino, Buenos Aires: Katz, 2007, 266 p . -- (Discusiones;
2014)
De las dos obras trabajadas, la segunda se centra en el choque de civilizaciones
y la primera en problemas de religión. Destacamos como ideas principales éstas:
- La identidad es múltiple y multiforme, está construida a partir de variados elementos
pero, a veces, uno de estos rasgos toma primacía.
- Es un constructo: ni siquiera los rasgos biológicos son constitutivos de identidad
en el momento de nacer (no es lo mismo ser negro en Sudáfrica que en Estados Unidos,
mujer en España que en Afganistán). No hay nada que nos determine. El contexto
supone una gran influencia en nuestra elección del rasgo que potenciamos o
escondemos.
No siempre se puede elegir con libertad ese rasgo identitario que vamos a potenciar.
A veces, diferentes rasgos identitarios compiten entre sí y pueden ocasionar un
conflicto a las personas que los poseen porque la afirmación de uno implica la exclusión
de los otros grupos (por ejemplo, la religión). Otros rasgos no conllevan esa
disyuntiva. El lenguaje sería uno de ellos. Tener una lengua materna no excluye la
incorporación de otras. De hecho, Maalouf propone al menos tres: lengua materna,
lengua del corazón –la que uno elige como vehículo de expresión– y lengua universal.
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