Informe 12-13. Murcia - Foro Ignacio Ellacuría
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sociedad, aunque sin cerrarse en ellos, ofreciendo un proyecto alternativo de humanidad,<br />
mientras el gran imperio iba agonizando poco a poco.<br />
Cristianismo y poder: una tarea inacabada.<br />
El auge y triunfo del cristianismo se vio interrumpido, bastante bruscamente, por<br />
su mismo triunfo externo y por la debilidad del imperio romano. Los cristianos vivían<br />
mucho mejor siendo perseguidos: sabían lo que debían hacer, cómo responder a su<br />
Cristo, es decir, al mesianismo universal, desde los pobres. Pero no estaban preparados<br />
para el triunfo imperial, para el poder que les ofrecieron Constantino y sus sucesores,<br />
a partir del año 313 (Edicto de Milán).<br />
Quizá las cosas podían haber sucedido de otra forma y la iglesia podía haberse<br />
seguido extendiendo desde abajo, sin asumir un poder social ni una jerarquía ontológica.<br />
Pero no podemos pedirle a la iglesia del siglo IV-V lo que no hace aún la nuestra.<br />
Estamos, por tanto, ante una tarea inacabada y para ser fieles a nuestra inspiración<br />
mesiánica tenemos que volver a retomar la historia del comienzo.<br />
Ciertamente, los obispos cristianos (y entre ellos de un modo especial el Papa de<br />
Roma) no tomaron el poder a la fuerza, sino que, en gran parte, emergieron sobre un<br />
vacío de poder, suavizando la caída del imperio y así realizaron un buen servicio social<br />
de suplencia, que podía haber valido por un tiempo, pero tendieron a perpetuar<br />
esa suplencia, convirtiéndola en ley. Por eso hoy tenemos que volver atrás, no para<br />
negar la historia ni ocultarla, sino para resolver sus problemas de otro modo. 1. La<br />
iglesia no podrá tomar ya el poder ni aunque se lo ofrezcan; solo en la medida en<br />
que sea una comunidad de comunidades fraternas e igualitarias, desde los más pobres<br />
podrá ser signo de evangelio. 2. Ella ha de ser experiencia de gratuidad, signo<br />
de un Dios que es pura donación de amor, regalo de vida. 3. La iglesia tendrá que<br />
superar toda forma de violencia interna y externa, sobre todo el anti-semitismo, que<br />
supone un rechazo de su origen.<br />
3. Los límites de Europa. Modelo islámico, modelo cristiano.<br />
En un largo parto de violencia y búsqueda de paz, se fue abriendo paso dentro<br />
de Europa una racionalidad filosófica y social en la que pueden entrar en igualdad<br />
todos los hombres, sean o no cristianos. Por el contrario, al menos en conjunto, el<br />
Islam no ha logrado establecer estas distinciones y separaciones, no ha desligado la<br />
vinculación política y social de la religiosa. Por eso, en su forma histórica, por lo menos<br />
hasta ahora, ha quedado fuera de lo que llamamos Europa. En ciertos momentos<br />
de ese desarrollo (entre los siglos VIII al XIV), mientras los cristianos no habían<br />
elaborado plenamente esos principios de separación, ni habían desarrollado los<br />
principios de libertad religiosa, racionalidad científico-social y separación de iglesia<br />
y estado, los musulmanes podían parecer más desarrollados y cultos y lo eran, en un<br />
arco geográfico que se extendía desde Bagdad a Córdoba. Pero luego el occidente<br />
europeo ha realizado un proceso de separación de poderes y de despliegue racional<br />
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