Informe 12-13. Murcia - Foro Ignacio Ellacuría
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V. Sacrificios e identidad nacional. Violencia festiva.<br />
1. Pascua: unión y libertad de Israel, destrucción de los egipcios.<br />
Salida de Egipto. En un momento determinado, los israelitas provenientes de Egipto,<br />
portadores de un recuerdo de liberación se vincularon con los que celebraban<br />
esta fiesta de corderos y panes ázimos y la interpretaron como recuerdo de una<br />
liberación social: de la salida de los hebreos esclavos de Egipto, para formar un<br />
pueblo de hombres y mujeres libres.<br />
Sacrificio de los primogénitos. En ese fondo de salida de Egipto se inscribe el más<br />
violento de los signos de pascua. Al salir de Egipto y celebrar la pascua, los hebreos<br />
descubren que no tienen que sacrificar a sus primogénitos, sino todo lo contrario,<br />
pues el mismo Dios ha sacrificado a los primogénitos de Egipto para que ellos, los<br />
hebreos, pudieran liberarse.<br />
Eso permitió que se vinculara la liberación de los hebreos y la muerte de los<br />
primogénitos de Egipto, que define el carácter histórico de la fiesta israelita. La sangre<br />
tiene dos significados: es signo de muerte para los egipcios, que pierden a sus hijos<br />
y se hunden en las aguas del Mar Rojo (sangre humana); es libertad para los israelitas,<br />
garantía de nacimiento sagrado para el pueblo.<br />
2. Fiesta de la alianza: vida de los fieles de Yahvé, matanza de los “heterodoxos”.<br />
Desde una perspectiva que es común en el oriente antiguo, la Biblia ha vinculado<br />
la alianza con la sangre. Toda alianza se ratifica y confirma con un sacrificio, es<br />
decir, con un gesto de violencia destinado a crear un ámbito de paz (cf. Gen 8-9; 15).<br />
No hay alianza sin sacrificio y sin comida compartida.<br />
Nosotros, herederos de aquel Elías que degollaba a los profetas danzantes del<br />
Carmelo (1 Rey 18), y de este Moisés, que sacrifica con sus levitas a los danzantes<br />
del Toro sagrado en el llano, nos sentimos divididos. Por un lado queremos estar con<br />
la muchedumbre que baila y que come, aunque parezca que al hacerlo está vendiendo<br />
su alma y libertad a un tipo de religión opresora. or otra parte, comprendemos a<br />
Elías y Moisés, con su religión de la pureza que lleva a la violencia, en las dos formas<br />
que indican los textos: la violencia total de Elías, pero dirigida sólo contra un grupo<br />
(contra los profetas de Baal); y la violencia limitada de los levitas, dirigida en contra<br />
de algunos familiares (para servir de escarmiento al resto de los israelitas).Es difícil<br />
tomar una solución sobre la base de los textos que hemos presentado por ahora.<br />
Seguimos teniendo los mismos problemas de antaño. Ciertamente, la respuesta de<br />
la Biblia es luminosa, tanto en el caso de Moisés como en el caso de Elías. En el caso<br />
de Elías, tras el pasaje del juicio y la matanza de los profetas de Baal (1 Rey 18),<br />
venía el capítulo de la suave brisa y del nuevo comienzo de Dios, en la montaña de<br />
la buena ley, que es el Horeb. También aquí, en el caso de Moisés, al capítulo de la<br />
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