Informe 12-13. Murcia - Foro Ignacio Ellacuría

Un número importante de los hijos tiranos son psicópatas o están desarrollando
esa condición durante la niñez. Un número muy superior muestran rasgos importantes
de psicopatía, aunque no llegan a desarrollarla del todo. Cuando un joven muestra
un carácter desprovisto de conciencia, está presentando una psicopatía, un trastorno
de la personalidad que no afecta a la percepción de la realidad, que no impide
distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, pero que señala una vida volcada a la
manipulación y explotación de los otros.
¿Perturbación psicológica o perturbación moral? La investigación y estudios de
casos sobre los sujetos sin conciencia se acumulan como una verdad imparable: hay
sujetos que no sufren lo más mínimo por el daño que causan a los otros. Incluso los
sujetos con una personalidad narcisista tienen una sensación interna de miseria y de
frustración por ser como son; cuando llegamos ante un joven psicópata, esta pequeña
esperanza desaparece si el trastorno está plenamente integrado en su vida. Lo más
terrible sobre esta condición de falta de emociones morales es que arroja a la cara
una pregunta que todavía no podemos resolver de modo plenamente satisfactorio:
¿de qué modo la libertad de estos jóvenes se ve mermada por su condición? La tiranía
ejercida por personas que piensan estando bien conectadas con la realidad es
ahora una de las lagunas más clamorosas en la agenda de la psiquiatría, la psicología
y ciencias colaboradoras.
Capítulo 4: El síndrome del emperador
Los jóvenes con una psicopatía que maltratan (o incluso asesinan) a sus padres
representan el extremo de lo que denomino el síndrome del emperador: el modo de
ser caracterizado por una profunda ausencia de conciencia y un comportamiento
orientado a explotar y abusar de sus progenitores. (Los emperadores de Roma podían
decidir sobre la vida y la muerte con sólo levantar o bajar el pulgar. Su voluntad tenía
que ser respetada, de lo contrario su cólera estaba asegurada). Estos jóvenes que
amenazan, extorsionan y golpean a sus padres son la representación en la cotidiana
sociedad occidental de este síndrome.
No todos los que lo padecen son psicópatas, pero sí los casos donde se manifiesta
más persistencia y violencia en el abuso.
Muchos profesionales de la salud mental denominan a la condición que se caracteriza
por la ausencia de conciencia como trastorno antisocial de la personalidad. Su
diagnóstico exige que la persona en particular posea al menos tres de las siguientes
características:
1 Incapacidad para cumplir las leyes y normas sociales.
2 Engaño y manipulación.
3 Impulsividad, actuar sin pensar en las consecuencias.
4 Irritabilidad y agresividad.
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