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4.4 Élites políticas y élites económicas<br />
Como se ha conocido y analizado, las élites<br />
políticas, principalmente en el caso del Congreso<br />
Nacional y de los gabinetes gubernamentales,<br />
tienden a pertenecer a la clase media o a la clase de<br />
mayores ingresos que se designará como clase alta.<br />
La mayoría de los miembros de las élites políticas,<br />
tienen educación universitaria. Algunos se dedican<br />
al ejercicio de profesiones liberales (abogados, ingenieros<br />
y médicos) y otros se dedican a actividades<br />
empresariales de distintos tipo.<br />
En este aparte, se desarrollaran algunos aspectos<br />
que apenas fueron esbozados en el capítulo de<br />
inequidad económica, esto es, la relación entre las<br />
élites económicas y las élites políticas.<br />
Un asunto de debate en la relación entre las<br />
élites políticas y económicas es el siguiente: ¿Necesitan<br />
las personas de las élites económicas ser<br />
parte de las élites políticas para que sus intereses<br />
sean colocados en un lugar preferente de la agenda<br />
pública? Si esto no fuera así, ¿cómo es que las<br />
élites económicas logran que las élites políticas<br />
coloquen sus intereses en un punto preferente de<br />
la agenda pública?<br />
Según Segovia (2005, pág. 12), en la región<br />
centroamericana, se han identificado tres mecanismos<br />
básicos que permiten y han permitido a las<br />
élites económicas ejercer una gran influencia en los<br />
asuntos públicos: 1) patrocinando y/o colocando<br />
a personas afines a sus intereses en la dirección de<br />
ministerios vinculados con el manejo económico<br />
y productivo del Estado; 2) mediante la presión<br />
ejercida por las cámaras empresariales sobre las<br />
instituciones públicas para obtener resoluciones<br />
favorables a sus intereses, y, 3) a través del uso<br />
de mecanismos informales de presión mediante<br />
contactos directos de los empresarios más poderosos<br />
con los miembros de las élites políticas<br />
gubernamentales o parlamentarias.<br />
Las élites económicas pueden comunicarse<br />
con los miembros de las élites políticas cuando<br />
así convenga a sus intereses. Esto se debe a la<br />
importancia que tienen sus negocios privados<br />
para la economía de los países en que operan,<br />
el papel crucial que juegan en el financiamiento<br />
de los partidos políticos y el control que ejercen<br />
sobre los medios de comunicación social (Segovia,<br />
2005, pág. 13).<br />
En el caso de Honduras, se ha dicho que “el<br />
financiamiento de las campañas electorales es el<br />
mejor medio” que utilizan las élites económicas<br />
con las élites políticas (Illescas, 2009, pág. 298).<br />
En este sentido pueden distinguirse dos momen-<br />
tos. El primero, es el de las elecciones internas de<br />
los partidos políticos. En este caso, la iniciativa<br />
procede de los políticos que buscan el apoyo de<br />
la élite económica en sus campañas para elecciones<br />
interna. Según se dice, la élite económica les<br />
apoya con modestia debido al gran margen de<br />
incertidumbre que conllevan las elecciones internas.<br />
El segundo momento, es el de las elecciones<br />
generales. Cuando ya las posiciones políticas de los<br />
que van a participar en la contienda electoral están<br />
claras, la élite económica se acerca a los candidatos<br />
para ofrecerles apoyo financiero (Illescas, 2009,<br />
pág. 296). Algunos empresarios así lo admiten:<br />
“siempre se colabora con los partidos. En mi caso,<br />
tengo amigos en los dos principales partidos, pero<br />
se colabora más con el de su preferencia” (Illescas,<br />
2009, pág. 297).<br />
***<br />
“Se dice que el poder económico controla a los<br />
partidos mayoritarios y hace que tengamos una<br />
línea y que tenemos que correr cuando nos dicen<br />
que hacer. Una campaña no se hace sentada en<br />
la casa. Hay que salir a la calle a trabajar y eso<br />
se hace con dinero, pero, en esta vida también<br />
se da de todo. Hay hombres honestos que nos<br />
ayudan económicamente para financiar nuestras<br />
campañas, pero recibimos ese dinero sin<br />
compromisos.”<br />
Experto Político. Grupo Focal Institucional<br />
Partidos Políticos. Tegucigalpa, 2011.<br />
***<br />
Las élites económicas son identificadas frecuentemente<br />
en la bibliografía como poderes reales o<br />
poderes fácticos. Estos poderes reales o fácticos,<br />
comparten a juicio de una autora, las siguientes<br />
características: “Primero, no dependen de la voluntad<br />
de los ciudadanos ni de sus representantes, pero<br />
condicionan la representación. Segundo, no son<br />
parte formal del proceso de toma de decisiones,<br />
pero tienen instrumentos para influir de manera<br />
desproporcionada en las decisiones reservadas a<br />
los poderes públicos, en particular al Ejecutivo y<br />
el Legislativo. Tercero, no tienen representación<br />
formal en el Congreso o en el gobierno, pero<br />
pueden poner vetos a la acción pública. Cuarto,<br />
crecen al amparo, con el beneplácito, cuando no<br />
con el contubernio de las autoridades, pero las<br />
vuelven en su rehén. Quinto, derivan una “renta”<br />
extraordinaria de la cual están excluidos otros<br />
actores” (Casar, 2009).<br />
Los denominados poderes fácticos se encuentran<br />
estrechamente relacionados con lo que en la<br />
INEQUIDAD POLÍTICA: DE UNA POLÍTICA DE ÉLITES HACIA UNA POLÍTICA INCLUYENTE Y DELIBERATIVA<br />
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