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Capítulo<br />
5<br />
5.1 Aspectos conceptuales<br />
Inequidad en la justicia: eliminando las<br />
barreras de acceso<br />
En sentido restringido, se entiende por acceso<br />
a justicia a la acción de recurrir al sistema judicial<br />
de un Estado para la resolución de controversias<br />
o la protección frente a un delito, sin distinción<br />
de condición económica, sexo, edad, identidad<br />
sexual, ideología política y creencias religiosas<br />
(Popkin, 2007, pág. 7; Sommer, 2011, pág. 1).<br />
En sociedades democráticas, el acceso al sistema<br />
de justicia, es un derecho ciudadano que debe ser<br />
garantizado por el Estado (Popkin, 2007, pág.<br />
182). El Estado está obligado, por disposiciones<br />
normativas constitucionales de cada país y por las<br />
convenciones internacionales, a garantizar el acceso<br />
efectivo de todos los ciudadanos y ciudadanas, a<br />
una justicia eficaz y oportuna. Las Constituciones<br />
de todos los países latinoamericanos garantizan el<br />
acceso a la justicia a todos sus ciudadanos y ciudadanas<br />
sin distinciones de ningún tipo.<br />
Desde el punto de vista internacional, el acceso<br />
a la justicia está garantizado por la Declaración<br />
Universal de los Derechos Humanos, el Pacto<br />
Internacional de los Derechos Civiles y Políticos y<br />
la Convención Americana de Derechos Humanos<br />
(Rojas Álvarez, s.f., págs. 4–5). Esta última establece<br />
que “si una persona busca la protección de la ley para<br />
hacer valer sus derechos, encuentra que tal posición<br />
económica le impide hacerlo, queda discriminado,<br />
lo cual constituye una violación a la Convención”<br />
(Sommer, 2011, pág. 2). Esta declaración eleva el<br />
acceso a la justicia a la categoría de derecho humano<br />
esencial, de derecho inherente a la dignidad de la<br />
persona (Marabotto Lugaro, s.f.).<br />
El acceso a la justicia tiene un valor intrínseco.<br />
Por ello, ha sido catalogado como un derecho<br />
humano esencial inherente a la dignidad humana.<br />
Sin embargo, tiene también un valor instrumental,<br />
pues también es reconocido como un elemento<br />
fundamental para que exista progreso con estabilidad<br />
social (González, s. f., pág. 397).<br />
El acceso al sistema de justicia para los pobres,<br />
es una de las avenidas que pueden contribuir a la<br />
superación de la pobreza. Se ha argumentado desde<br />
una perspectiva de desarrollo humano, que “el<br />
hecho de que la gran mayoría de las personas que<br />
padecen una situación de pobreza viva al margen<br />
del funcionamiento de las instituciones y de las<br />
regulaciones estatales, es un indicador evidente<br />
de la conexión existente entre pobreza y acceso a<br />
justicia” (PNUD, 2005, pág. 13).<br />
En este sentido, “la ausencia de recursos y la<br />
desprotección de los derechos son dos carencias<br />
que se potencian, ya que sí bien es cierto que la<br />
pobreza representa una barrera para el acceso a<br />
la justicia no lo es menos que la falta de acceso a<br />
la justicia perpetúa la pobreza de quienes ven sus<br />
derechos desprotegidos y ralentiza el desarrollo<br />
económico general” (PNUD, 2005, pág. 13).<br />
El acceso al sistema de justicia permite a<br />
los pobres ejercitar sus derechos y obligaciones<br />
ciudadanas y fortalece su compromiso con la<br />
gobernabilidad democrática, porque genera confianza<br />
en el sistema democrático, en su sistema de<br />
administración de justicia e inhibe a las personas a<br />
tomarse la justicia por su propia mano.<br />
La falta de acceso a la justicia es una de las manifestaciones<br />
de la inequidad existente en las sociedades<br />
latinoamericanas. Sin embargo, la inequidad<br />
INEQUIDAD EN LA JUSTICIA: ELIMINANDO LAS BARRERAS DE ACCESO<br />
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