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Los pueblos indígenas y afrodescendientes<br />

no luchan por la asimilación y la<br />

desintegración cultural. Aspiran a que<br />

se reconozca su identidad y el derecho<br />

a recibir un tratamiento diferenciado.<br />

Como lo confirma un participante<br />

garífuna en los grupos focales, que da<br />

voz a demandas seculares: “hay que entender<br />

que los grupos étnicos o los pueblos<br />

indígenas son grupos diferenciados, que<br />

necesitan un tratamiento diferenciado.<br />

Que los pueblos campesinos o las áreas<br />

que están en el sector rural no deben recibir<br />

el mismo tratamiento de los pueblos<br />

indígenas, o los pueblos indígenas no<br />

deben recibir el mismo tratamiento que<br />

los afro-descendientes, sino que hay que<br />

establecer unos mecanismos de medición<br />

distintos, sobre todo en lo que respecta al<br />

desarrollo, lo que los pueblos indígenas<br />

denominamos: el buen vivir.”<br />

La reducción de las brechas de<br />

inequidad, hay que repetirlo, debe ir<br />

acompañada del rescate y la protección<br />

de sus culturas y el respeto a su cosmovisión<br />

del desarrollo y a las pautas<br />

específicas de lo que se considera el<br />

buen vivir. Como comentaba un participante<br />

lenca en un grupo focal: “los<br />

proyectos tienen que ir bien orientados y<br />

bien diferenciados por cada pueblo también,<br />

porque no se puede aplicar lo que<br />

aplican los hermanos garífunas con los<br />

hermanos misquitos, ni con los lencas. Los<br />

lencas somos orientados principalmente<br />

a lo que es la cuestión de agricultura, los<br />

garífunas tienen mucha cuestión de turismo,<br />

mientras que el pescado es uno de los<br />

medios de subsistencia más importantes<br />

en La Mosquitia. Lo que nosotros tenemos<br />

que hacer es explotar los recursos que<br />

tengamos. No hay un programa diseñado<br />

para que eso sea productivo. No podemos<br />

competir si el gobierno no contribuye<br />

con la construcción de una represa para<br />

poder implementar el riego por goteo, ni<br />

teniendo la tierra, no tenemos acceso al<br />

mercado. Todo esto es una limitante para<br />

nuestro desarrollo. No podemos hablar de<br />

desarrollo si no se nos aplican de manera<br />

integral y diferenciada los programas y<br />

proyectos para las comunidades indígenas<br />

y afro-descendientes.”<br />

Sólo a partir de la incorporación<br />

de las nuevas perspectivas y formas<br />

de integración social diferenciada, se<br />

puede alcanzar un estado de igualdad<br />

sin importar el origen étnico. A este<br />

deben agregarse dimensiones y formas<br />

renovadas de integración sustentadas<br />

en la diversidad social y cultural que<br />

caracteriza a todas las razas humanas.<br />

Es preciso orientar la mirada hacia las<br />

diferencias, viendo en éstas y sus identidades,<br />

no un peligro de separatismo,<br />

sino una manera renovada de entender<br />

los derechos humanos, los procesos<br />

socioculturales y la superación de la<br />

pobreza y la marginalidad. La identidad<br />

étnica y el desafío de la diversidad deben<br />

ser vistos como una forma singular<br />

de capital social y cultural, con amplias<br />

posibilidades no sólo para los indígenas<br />

y afro-descendientes, sino para el conjunto<br />

social de Honduras, desde el cual<br />

es posible, incluso, enfrentar cuestiones<br />

como la competitividad y los objetivos<br />

de crecimiento económico.<br />

En esta visión integral, el rol del<br />

acceso a la educación resulta clave. Así<br />

lo confirma un representante lenca en<br />

los grupos focales, el cual expresa con<br />

cierto desasosiego que “nosotros hemos<br />

comparado que el pueblo garífuna es el<br />

que tiene mayores profesionales porque<br />

están ubicados en la franja norte de Honduras<br />

donde el acceso a universidades es<br />

más fácil, hay más oportunidad. Dentro de<br />

los pueblos misquitos, a estas alturas no<br />

tenemos ninguna universidad. En ningún<br />

pueblo indígena, el Estado se preocupa<br />

por meter una carrera técnica, un colegio<br />

de carrera técnica, un colegio público. Los<br />

colegios son privados y no todos tienen<br />

acceso a poder estudiar en un colegio<br />

privado.”<br />

No se trata únicamente de generar<br />

oportunidades de acceso, creando<br />

escuelas y universidades cerca de los<br />

asentamientos de los pueblos indígenas,<br />

sino que además se debe garantizar el<br />

respecto a la cultura de los pueblos, promoviendo<br />

una educación diferenciada.<br />

Así lo explicaba una participante lenca<br />

ante el grupo focal: “Hemos exigido por<br />

años, educación intercultural bilingüe. Un<br />

niño que nace hablando misquito viene a<br />

la escuela y no va a entender de la noche<br />

a la mañana que ésta es una “vaca“ en<br />

español, tiene que haber una diferencia,<br />

porque la cosmovisión de nosotros no es<br />

igual, somos hondureños, pero nuestra<br />

cosmovisión es muy diferenciada a los<br />

demás hondureños”.<br />

Este mismo enfoque de desarrollo,<br />

que toma en cuenta las diferencias<br />

culturales, también debe extenderse a<br />

otros ámbitos, como el del acceso a la<br />

salud. Así argumenta otro participante<br />

lenca en el grupo focal, “los médicos<br />

tienen que tener pertinencia, […] médicos<br />

que puedan atender a nuestras familias,<br />

que puedan interpretar nuestra cosmovisión,<br />

nuestras realidades y patologías<br />

propias.”<br />

Estas demandas evidencian hoy en<br />

día que la Honduras de los pueblos<br />

indígenas y afro-descendientes se encuentra<br />

en un punto de inflexión que va<br />

más allá de ser un problema coyuntural,<br />

y aunque cuenta con instrumentos y<br />

bases políticas, culturales y económicas<br />

para abordar sus desafíos, estos resultan<br />

insuficientes. “Hay que reconocer que ha<br />

habido un avance en este gobierno con<br />

la inserción de la Secretaría de las Etnias<br />

[SEDINAFROH]. Es muy poco tiempo para<br />

evaluar cómo ha sido su desempeño,<br />

pero hay que reconocer ese espacio. Sin<br />

embargo, todavía el poder de decisión de<br />

los pueblos indígenas es bajo. No he visto<br />

que una ley que mocione un diputado que<br />

tenga origen étnico haya sido aprobada”,<br />

expresaba una representante de los<br />

grupos étnicos en los grupos focales<br />

realizados.<br />

Ante estos retos, espacios gubernamentales<br />

como el SEDINAFROH se encuentra<br />

ante desafíos muy grandes para<br />

reducir las brechas de inequidad entre<br />

y con los grupos étnicos de Honduras.<br />

Estos enfrentan barreras estructurales<br />

que les impiden la participación en la<br />

política o los órganos de decisión. Por<br />

lo tanto, es crucial integrar las necesidades<br />

y preocupaciones de los indígenas<br />

y afro-descendientes en las políticas,<br />

programas y presupuestos del Estado<br />

de manera integral, equitativa y diferenciadamente.<br />

Tal como lo manifestaba una representante<br />

de la SEDINAFROH en los<br />

grupos focales de pueblos indígenas<br />

y afrodescendientes, hay procesos en<br />

camino y “la Secretaría ya está legalizada,<br />

SEPARATA 3: LA INEQUIDAD VISTA DESDE LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y AFRO-DESCENDIENTES HONDUREÑOS 181

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