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GRÁFICO 2.14: Condición de crédito de los adultos
hondureños en los últimos 5 años, según quintil
socio-económico. 2011
Porcentajes
100
Fuente: Elaboración propia en base a ENPDH, 2011.
(Guerrero, Focke, y Cueva Armijos, 2011, pág. 8).
Según una nota técnica del Banco Interamericano
de Desarrollo (#IDB-TN-270), el sistema bancario
hondureño es “moderadamente concentrado”
(Guerrero et al., 2011, pág. 17). Para el año 2001,
la banca comercial hondureña representaba el 53%
del PIB, al mismo nivel de Nicaragua (53%) y
por debajo de El Salvador (65.4%). Para el año
2010, este porcentaje se redujo al 47.8% del PIB
(Guerrero et al., 2011, pág. 8), pero continua
siendo considerable. Las cinco instituciones
bancarias más importantes del sistema financiero
hondureño controlaban para este último año, el
65.7% del patrimonio del sistema financiero del
país (Guerrero et al., 2011, pág. 24).
No hay estudios que permiten conocer qué tipo
de relaciones existen entre el capital accionario de
la banca y el capital accionario de las empresas.
Este tipo de información sería clave para conocer
más a fondo las relaciones entre las grandes empresas
del país y el sistema bancario y determinar
el nivel de concentración del sistema económico
hondureño.
Existe una relación conflictiva entre democracia
y mercado. La concentración de poder económico
puede ser una herramienta para obtener posiciones
de predominio en una sociedad democrática.
Desde el punto de vista normativo, la democracia
parte de la idea que, así como cada ciudadano
tiene derecho a un voto, debería tener también
igual derecho a un nivel semejante de participación
en los asuntos de la vida social y política.
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO HONDURAS 2011
90
80
70
60
50
-
40
24.0%
30 40.1%
20
44.8%
10
25.1%
10.3%
0
QSE 1
QSE 5 A nivel nacional
-
49.6%
-
-
No solicitó crédito No se le concedió crédito
Crédito concedido
47.0%
8.2%
50.9%
Sin embargo, en los regímenes democráticos
realmente existentes, la concentración del poder
económico puede reducir las potencialidades de
esta promesa de la democracia. En este sentido,
Charles Lindblom, un estudioso de las relaciones
entre la concentración del capital y las políticas
públicas, ha argumentado lo siguiente:
“La formulación de las políticas públicas consecuentemente
están especialmente controladas por
las empresas privadas: los cargos públicos deben
escuchar a los empresarios con sumo cuidado;
deben descubrir las necesidades de los empresarios
incluso aunque estos no se preocupen de manifestarse
o hablar por sí mismos; deben dar a los
empresarios lo que necesitan para motivar la producción,
los puestos de trabajo y el crecimiento;
y deben de esta manera darles el derecho especial
de consulta y participación real en el proceso de
formulación de las políticas. Mediante cualquiera
de estas vías, el gobierno premia a los empresarios
con una posición privilegiada en el juego de poder
de las políticas públicas. La posición privilegiada
requiere que los funcionarios concedan prioridad
al empresario sobre las demandas de los ciudadanos
a través de los canales electorales, partidos y
grupos de interés”. Los empresarios, agrega Lindblom,
tienen una “comunicación privilegiada y
frecuente con los funcionarios, [lo que] hace que
sea más fácil la persuasión que ellos ejercen que
la de otros ciudadanos” (Lindblom y Goñi, 1991,
págs. 96–98).
Si a estos mecanismos que le garantizan a la
élite económica una atención preferente de los
funcionarios del Estado, se agregara la disponibilidad
de recursos económicos que tiene la empresa
privada para apoyar financieramente la carrera de
los políticos que aspiran a llegar a la conducción
del poder estatal, es posible comprender el gran
ascendiente que estos núcleos de la población
pueden tener sobre los decisores de política pública
(Illescas, 2009).
Ante lo que parece ser una tendencia en las
economías de mercado, dos preguntas son claves
en el presente Informe desde la perspectiva de la
equidad que lo anima: ¿Cómo se puede nivelar el
campo de juego para que la micro, pequeña y mediana
empresa, puedan competir en mejores condiciones
frente al gran capital? ¿Cómo propiciar
más y mejores alianzas entre grandes y pequeños,
beneficiosas para ambos, en la dirección sugerida
por las mejores prácticas ya existentes en el país?