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corlo producto , privándolos del estímulo necesario para
< I buen cultivo de la vid.
Para ocurrir .-i un mal tan grave á la agricultura en
general , y á la triste suerte del número inmenso de
cortos propietarios, me lie dedicado miiclin tiempo lia
á investigar cómo se podría auxiliar esta clase menesterosa
; y después de varias observaciones y esperimeulos,
me lisnngeo haberlo conseguido, medíanle ,1 apáralo
clarificador «pie he hecho construir, y la sencilla
descripción de este invento y de su uso.
Después de una vendimia madura y sazonada , y
rspriinido el jugo de la uva en los cubos, empieza su
i'eriiiculaciiin tumultuante para pasar del estado de
mosto al de vino, permaneciendo en ellos los dias mas
ó menos ipie exige la calidad del grano y del terreno
ipie lo ha producido : cuando ha cominillo el fermente
agitado , y quede en solo el silencioso ó tranquilo, disponemos
trascolarlo á las botas, en las que debo permanecer
de diez á doce dias, hasta que termine en
parle la fermentación, y vaya precipitando BU el fondo
sus heces y partículas, ya lilam , ya terreas,
que contiene y despide el vino.
En esle grado debe efectuarse la clarificación, por
medio de un aparato nada complicado, pues si- reduce
á un baslidor (le diez y seis palmos valencianos de largo,
y seis de ancho; el cual contiene veinte y cuatro
divisiones en dos líneas paralelas de doce por banda , y
rada una de un palmo cuadrado de superficie , para colocar
en ellas vcmle y cuatro mangas de lienzo casero
algo ralo de tres palmos de largas, capaz cada una de
contener dos cántaros y medio de vino , pudiéndose
clarificar en una sola operación sesenta cántaros que
contiene la bola de esle pais, en el espacio de dos
horas.
Este baslidor se halla montado sobre un rajón cerrado
herméticamente por todos sus seis lados; de suerte
(pie los espíritus aromálieo-bakiinieos, ó sean los
gases que contiene el vino , no puedan transpirar nj