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que no hay mejor género que el que mas gusta, ni
se pierde por delgado &c.
O") Aunque contemos con algún tejido del país
que pueda compararse ó competir con el cslrangero,
es bien sabido que lia costado un esmero particular
al fabricante que rara vez lo vé recompensado eu
su venta, y no queda deseoso de reproducir el ensayo.
Tampoco un caso destruye mi aserción , porque
esto no constituye articulo de consumo, y... ¡ojala
que fuese menos cierta!
(") Me refiero á la representación del colegio
( v. la u. 11*1) Pero insistiendo en que nuestros tejidos
fuesen tan aprecioblcs como los cstrangeros, lu ganancia
de su comercio gnranliria las deducciones de los
derechos de puertas, ferias y demás á que están afectos
asi como en aquellos: de donde suelen dedo*
cirsc , adem is de estos mismos derechos, los de importación,
y cnundo nó, el interés 6 sobrecargo de la
compañía que asegura el fraude fuera del reino, y
los premios de sus ausiliadores y espendedores.
( 1 2
) Kn el tratado del tirle de hilar, devanar y
torcer la seda según el método de Mr. Viiiicanson,
adicionado y corregido por D. J. I.apayose, se demuestra
hasta la evidencia el mal método de todas
estas maniobras según se practican en la actualidad.
(•') D. Andrés Vinaria mandé edificar en el año
de 1818 su obrador al nivel de la superficie de la
tierra ; es ancho, capaz, y goza de la luz naturol, sin
que esto ofrezca el menor inconveniente pora la elaboración
del torcido. Todos los demás torcedores trabajan
en subterráneos hediondos y sin vrntilacion , y
aunque la costumbre les haga insensibles i esta incomodidad
continua, no deja de sor un egercicio poco
saludable para los jornaleros, que puede decirse
que viven eulorrados.
( 1 J
) Téngase presente la nota .interior , ó examinese
el tratadito de Lapaycse citado en la 12 sobre
este y otros inconvenientes que se hacen rcporables