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indudable que no hubiese sido Alcira ciudad Ion celebre
cu lo anliguoá no fertilizar el Jilear sus riberas; mas
tampoco podemos negar que no disfrutaba de este beneficio
al tiempo de ia conquista , y que el Hey D. Jaime,
deseoso de dejar un monumento correspondiente
á su nombre, hizo construir sobre este rio una presa,
de la que tomó origen un canal de los de mayor importancia.
De esta misma época se suponen datar las
demás presas y obras inferiores en el propio rio que
constituyen la riqueza de la ribera baja; y es bien moderna
la continuación de la acequia líoal por el Duque
de lujar, con lo que, las aguas del Júcar llegan casi á
nuestras puertas. Conserváronse los antiguos reglamentos
para el repartimiento de aguas; las mismas formas
en sus tribunales respecto de lodos los riegos anteriores;
las cuales existen todavía á pesar de todos los
trastornos, y diariamente estamos viendo sus buenos
resultados. Este sistema que tanto honor hace á .nuestra
provincia, y tanta utilidad la reporta, ignorado por
los est ra lijar OS que tiemprfl han despreciado todas nuestras
prácticas, tanto por soberbia, cuanto por no tener
de ellas ideas exactas ; este sistema es el mismo que
Mr. Jaubert de Passí se lia atrevido estos últimos años
á presentar como un modelo á los franceses sus compatriotas.
También en la misma época se siguieron haciendo
otras obras de pública utilidad, y no es de las
menos notables la lonja , edificio donde se despacha la
seda , ramo de los mas interesantes de nuestra economía
rural.
Si todas las obras mencionadas prueban que la agricultura
volvia á tomar incremento á beneficio de la
tranquilidad que siguió á la conquista , y del cuidado
con que los señores y comunidades, entre quienes se
repartieron las tierras, procuraban repoblarlas; bien
pronto nuevas causas separaron dé la labranza un crecido
número de brazos útiles. El descubrimiento del
Mpevo-mundo, que hizo emigrar á tantos en busca de
mejor fortuna, y la ambición del Emperador Caries V,