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¡gml frialdad se descuidan los lenguas de los hebreos
y helenos.
Jiayer, á quien el conocimiento del derecho y de
la historia moderna habia encendido el deseo de enmarañarse
en el laberinto de las antigüedades, cerrado
con tantos obstáculos, casi insuperables, se enlregó al
estudio de estas lenguas. Ellas, haciéndole conocer las
bellezas antiguas , y conduciéndole, como de la mano,
á los primeros siglos del mundo , le revelaron las verdades
que después sirvieron de base á sus obras. A
estas debió su inmortalidad, y estas proporcionaron á
la España la adquisición del primer anticuario de Europa.
El Cabildo de; la Catedral de Salamanca , sensible
al mérito de un joven tan apreeiahle , quiso distinguirle
con la conlin117.11 de entregarle las llaves de su
archivo para que arreglase las bulas, privilegios y «lemas
documentos que poseía. Este honor, al paso que
le llenó de satisfacción , le proporcionó una ocasión
de mostrar su celo, su laboriosidad y su ingenio. Un
año bastó para que delata concluida su comisión de un
modo tal, que el diluido le «lió las gracias con muestras
de singular aprecio y benevolencia.
Ya el natural deseo de regresar al suelo natal, encendía
la imaginación de Btyrr. La patria, la tierra
que ha sostenido nuestra cuna, tiene un atractivo mágico
para el hombre; atractivo, que |c llama do quiera
que se encuentre. Abandona , pues, el sabio de Edela
las orill s del Tormos, y vuela á las deliciosas márgenes
del Torta que oyeron sus primeros vagidos. ¡Con
qué entusiasmo y alegría tornan á mirar sus ojos el
orillante cielo di! Valencia y su deliciosa huerta! ¡Con
qué cariño le recibe el Ilustre Arzobispo D. Andrés
Itaypral por Secretario y Visitador de su Diócesis!
I'or lo las partea le cercan la admiración y el amor:
sus conciudadanos prodigan inciensos á sus virtudes,
y es respetado, querido y adorado en su misma pa-