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de haber obrado bien. Páretenos verle en su última
despedida y regreso á Valencia en medio de los inocentes
y agradecidos labradores que, con las lágrimas eu
los ojos, piden besar aquella mano que los lia levantado
de la miseria ; y á Bayer , que , (elidiéndoles los
brazos, les dice: Hijos miel , (i /Jim; ii Dios para siempre
: aeurilaos de vuestra la- .hechor.
Imprime por la postrera ve/, su* huellas en Edeta;
la muerte, que ni al mérito ni á la virtud perdona,
Í: hiere á la hora séptima de la noche del 27 da Eucro
de 179-1, á los ochenta y dos años, dos metes y diez y
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seis dias de edad ( ). Bate la fama sus alas y publica
su fallecimiento por las calles de Valencia : "lloran los
pobres la muerte de su padre: lus sabios la de su maestro:
los grandes la de su amigo; y los virtuosos la de
su hermano. Yace sepultado en la capilla de su digno
modelo Santo Tomás de Villanueva de la Iglesia Metropolitana
, bajo la grada inferior del altar, sin inscripción
ni adorno alguno ('" ).
De allí, ¡lustres Socios Valentinos, levanta hoy su
frente ceñida del ciprés de muerte, pero llena del esplendor
de la virtud, y dirigiéndoos una amable sonrisa
: Seguid, os dice, el camino de la gloria. Yo vi la
luz bajo un techo humilde: estudié, vüigé, aprendí, y
á mis afanes debo la corona que me presentáis en este
dia: sed el apoyo de luía pátrui que amé , jr descansaré
tranquilo en el sepulcro.
Así dice el hombre grande del siglo décimo-octavo,
y el eco repite sus últimas palabras. Traed, Socios de
Edeta, traed llores para derramarlas sobre su tumba:
¿no le veis todavía entre vosotros.' ¿No os lo presentan
retratado con sus mismas facciones esos monumentos
de su generosidad que han sobrevivido á su fallecimiento.'
¿No resuenan en vuestros oidos las voces de
los habitantes de B.-nicasi que piden al cielo les restituya
su padre; de los infelices enfermos del Hospital que
claman por su bienhechor, y de los tristes encarcelados
que lloran su Uní