El MAESTRO DE IZGREV Capítulo 1º - OMRAAM
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corriente del agua, las que se expanden a gran distancia por ambas<br />
márgenes del río o arroyo que se remonte. Los enfermos o débiles deben<br />
efectuar este ejercicio durante cuarenta días para fortalecerse.<br />
Además, otro ejercicio para superar el agotamiento físico o el<br />
desaliento es hallar la energía y la paz en los bosques donde haya grandes<br />
pinos o robles. Se elegirá un árbol bello y corpulento y se pasarán unos<br />
cinco o diez minutos en meditación apoyando la espalda en el tronco. <strong>El</strong><br />
árbol le dará lo que necesita para cambiar su estado. Al respecto el Maestro<br />
dijo: "Los árboles os aman. Si pensáis que no son seres inteligentes, sabed<br />
que si bien externamente no son más que árboles, sobre ellos trabajan seres<br />
de superior inteligencia con quienes podréis entrar en contacto y los árboles<br />
os trasmitirán su magnetismo vital".<br />
Algunas piedras tienen la virtud de curar muchas enfermedades. Es<br />
bueno para ello elegir las piedras magnéticas; éstas son redondeadas y no<br />
deben tener grietas ni puntas agudas. Para curar, la piedra debió primero<br />
haber estado expuesta al sol del este, pues al absorber la primera luz del día<br />
la puede elaborar trasmitiendo luego poderosa energía a quien se siente en<br />
ella. En cambio, si la piedra está fría, si raramente recibe el sol de la<br />
mañana, extrae energía y perjudica.<br />
<strong>El</strong> hombre hace un constante intercambio en la montaña con la<br />
naturaleza y cuanto más consciente sea de ello mejores serán los resultados<br />
que obtendrá. Y este intercambio también comprende adoptar cierta actitud<br />
de respeto y veneración por ella. Sobre este aspecto, el Maestro pronunció<br />
cierta vez una breve alocución sobre la pureza con importantes<br />
recomendaciones referentes al comportamiento del discípulo en la<br />
montaña. Dice así:<br />
"Cuidad como un deber sagrado la pureza de la montaña. Cada<br />
trocito de papel, residuos de alimentos, el estiércol del ganado que ha<br />
pasado por aquí, todo eso se debe eliminar. Sólo en medio de la pureza<br />
podremos escuchar la voz de la montaña. Os pido que mantengáis el orden<br />
y no tiréis desperdicios por ningún lado. La pureza externa y la pureza<br />
interna marchan juntas; una depende de la otra. Debéis tener pureza no sólo<br />
en el cuerpo, sino también en la mente y el corazón y también en cuanto os<br />
rodea. <strong>El</strong> hombre debe purificar sus deseos y distinguir cuáles de ellos<br />
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