El MAESTRO DE IZGREV Capítulo 1º - OMRAAM
El MAESTRO DE IZGREV Capítulo 1º - OMRAAM
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iluminado, a pesar de su juventud, y la encontró sumida en terribles guerras.<br />
Rogó a su padre que cesaran las contiendas, pero el monarca se negó a retroceder<br />
en su intento de expansión. Así fue que los búlgaros vencieron a los serbios<br />
logrando alcanzar las costas del Adriático y ocuparon Grecia hasta veinte<br />
kilómetros de Salónica. Su mayor ambición era ocupar el trono del Bajo Imperio.<br />
Entonces Boián, como guiado por extraña inspiración, predijo el futuro destino de<br />
Bulgaria y advirtió al zar que si hacía la guerra a Bizancio no entraría a<br />
Constantinopla ni tampoco volvería a Preslav. Quizá sintiera el soberano, en lo<br />
profundo de su ser, cernirse la sombra de tal predicción; mas los nobles<br />
presionaban junto a él y Constantinopla era la joya más preciada para su corona.<br />
Boián dejó el palacio. La vida principesca no era para él. Sentía en su alma<br />
que había llegado la hora para comenzar su gran obra y se lanzó a predicar la<br />
verdad de Cristo entre su pueblo. Alentaba a los pobres y afligidos, curaba a los<br />
enfermos y la gente se agolpaba a su alrededor para escuchar sus inspiradas<br />
palabras plenas de amor y comprensión. Pronto se formó un grupo grande de<br />
seguidores y discípulos entre quienes se encontraban su hermano menor, el<br />
príncipe Juan y un joven pope de nombre Bogomil. Mientras tanto, el zar Simeón<br />
sitiaba con sus tropas Constantinopla y cuando, creyendo suya la victoria, dio el<br />
paso decisivo, su corazón vaciló y un colapso tronchó su vida. La soldadesca,<br />
turbada ante tal acontecimiento, pierde el orden de la estrategia y es vencida. Así,<br />
la profecía de Boián se había cumplido.<br />
La nobleza y el alto clero reprobaban las actividades disidentes de los<br />
miembros de la casa real -Boián y Juan- en tanto que propiciaban la coronación<br />
de Pedro, el tercer hijo del desaparecido zar. Mas una vez entronizado éste,<br />
recrudecieron las intrigas en torno a la conducta de Boián y un grupo de boyardos<br />
prepara una conspiración para darle muerte. Advertido el príncipe por sus fieles<br />
huye del país y se dirige a Rusia donde introduce el cristianismo. Al enterarse el<br />
pueblo sobre el complot expresó de mil maneras su descontento iniciando una<br />
campaña para destronar a Pedro y coronar a Juan. Entonces Pedro hace capturar a<br />
su inocente hermano a quien hace torturar y enclaustrar. Algunos simpatizantes<br />
del joven príncipe lograron liberarlo favoreciendo su huida hacia los montes de<br />
Rila donde pudo ocultarse en una gruta. Allí, quien habría de convertirse con el<br />
tiempo en San Juan de Rila (S. Juan Rilski) pasó el resto de su vida predicando la<br />
doctrina de Cristo entre los humildes montañeses que acudían a él para escuchar<br />
sus palabras plenas de sabiduría y bondad.<br />
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