El MAESTRO DE IZGREV Capítulo 1º - OMRAAM
El MAESTRO DE IZGREV Capítulo 1º - OMRAAM
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<strong>El</strong> tercer hijo de Boris, su dilecto, de nombre Simeón, era dueño de una<br />
vastísima cultura. Había estudiado en la Universidad de Constantinopla, donde se<br />
había destacado por su extraordinaria inteligencia. Al egresar se había hecho<br />
monje uniéndose a la escuela de Naúm para poder dedicarse a la literatura y<br />
filosofía. Allí fue reclamado por su padre para ser entronizado zar del Imperio<br />
Búlgaro. Así, Simeón I fue el más grande zar que conoció Bulgaria en el<br />
transcurso de toda su larga historia. No faltaron las luchas en el comienzo de su<br />
reinado, tras lo cual restableció una pacificación que duró treinta años, en cuyo<br />
lapso pudo continuar dedicándose a la traducción de notables obras literarias,<br />
filosóficas y religiosas, llegando a traducir los treinta y cinco discursos de San<br />
Juan Crisóstomo recopilados bajo el título de "Stotostrui" (Ola Dorada) y dirigió<br />
la compilación de las obras más admirables poseedores del saber de su tiempo.<br />
Esta fue, sin duda, la época de oro de Bulgaria, en la que el arte, la filosofía, en<br />
fin, todas las expresiones de la cultura, alcanzaron su máximo esplendor.<br />
En la biblioteca del palacio de Preslav, donde miles de volúmenes<br />
colmaban los ricos anaqueles, el joven príncipe Boián -el segundo de los cuatro<br />
hijos de Simeón- pasaba largas horas absorto en la lectura de sus libros favoritos.<br />
Solía sumirse en profunda meditación con el alma colmada de gratitud hacia el<br />
Altísimo por haberle concedido beber en tan rica fuente de sabiduría. En la<br />
biblioteca se sentía junto a Dios, junto a sus sabios maestros que le hablaban tan<br />
magníficamente a través de sus lecturas, y se entregaba a ello con místico deleite.<br />
Había heredado de su padre y de su abuelo una inteligencia extraordinaria. Desde<br />
muy niño había aprendido a leer en eslavo, griego y árabe, lo que le permitía<br />
asimilar una profunda y variada literatura. Era lo que podría llamarse un ser<br />
sobrenatural. Influenciado por la filosofía de Mani, pensador babilonio del siglo<br />
III cuyas ideas, basadas en el dualismo, se habían extendido por toda el Asia y los<br />
Balcanes, y también por las doctrinas expuestas por Constantino o Silván de<br />
Siria, fundador de la escuela pauliciana (pavlikiani), Boián vislumbró su misión<br />
como portador del cristianismo y decidió prepararse para su alta empresa. Debía<br />
primero realizar sus estudios superiores; pero antes de ingresar a la célebre<br />
universidad de Bagdad -bien llamada entonces el hogar de la sabiduría- donde<br />
estudió varias ciencias, visitó Alejandría a fin de recibir conocimientos<br />
herméticos de los sabios sacerdotes egipcios.<br />
Treinta años de paz resultó un período demasiado extenso para Bulgaria en<br />
una época de luchas y avalanchas de conquista. Un día el zar Simeón, presa de<br />
febril ansiedad, lanzó sus ejércitos en pos de un estado que comprendiese toda la<br />
Península Balcánica. En tal momento Boián retornó a su patria como verdadero<br />
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