El MAESTRO DE IZGREV Capítulo 1º - OMRAAM
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puede; y yo, mediante vuestro Espíritu, todo lo puedo'. Pronunciad esta fórmula<br />
una, dos, tres veces, hasta vencer. Es bueno cuando el hombre logra vencer. Es<br />
malo cuándo pierde la presencia del Espíritu, cuando pierde el sentido de la vida,<br />
cuando debilita. Entonces, todo cuanto le rodea se le presenta hostil, todos los<br />
hombres le parecen malos y busca la manera de huir. Mas con huir el trabajo no<br />
se hace, así no se resuelven los problemas. ¡Dejad de lado la idea de huir y<br />
decías: Por más difícil que sea este trabajo, yo lo terminaré con Dios y con el<br />
Espíritu que me guía! Así, no dejéis de emplear esta f6rmula en las condiciones<br />
más difíciles de la vida."<br />
LOS ALMUERZOS FRATERNALES<br />
Finalizada la plática dominical, todos se reunían para almorzar. Si el<br />
tiempo era bueno, en vez de comer en el comedor se disponía de largas mesas a la<br />
sombra de los añosos árboles del parque. Algunas hermanas se ocupaban,<br />
voluntariamente, en la preparación de la comida; otras tendían las, mesas... en fin,<br />
siempre había alguien bien dispuesto para los quehaceres; y todo se hacía con el<br />
mayor esmero y la más amplia alegría de servir.<br />
Izgrev nunca fue una comunidad rígida. Sus miembros vivían en completa<br />
libertad y podían elegir sus tareas habituales dentro o fuera de la Fraternidad.<br />
Cada uno era dueño de sus bienes y el que nada poseía siempre era ayudado por<br />
los demás. En aquellos almuerzos fraternales, quien tenía dinero pagaba su<br />
comida y también la del hermano que no podía pagarla. Esto se hacía sin<br />
ostentaci6n, pues el beneficiado nunca sabía quién pagaba por él.<br />
Antes de comenzar a comer se pronunciaba, quedamente, una breve<br />
oración compuesta por una sola frase repetida tres veces: "<strong>El</strong> amor de Dios nos<br />
trae la vida plena y abundante". Esta oración era dicha mientras se colocaban las<br />
manos sobre la falda con las palmas hacia arriba, en actitud de recibir. Luego<br />
empezaban a comer conscientemente; es decir, sabiendo aprovechar las energías<br />
del alimento en especial disposición mental para ello. <strong>El</strong> comer significaba una<br />
acción sagrada en la Fraternidad. No era preciso permanecer adustos sino, por el<br />
contrario, este acto se ejecutaba con la mayor naturalidad y cordialidad.<br />
Simplemente, se trataba de cumplir aquel precepto del Maestro que decía:<br />
"Cuando uno se alimenta debe sentir gratitud y amor para aprovechar<br />
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