El MAESTRO DE IZGREV Capítulo 1º - OMRAAM
El MAESTRO DE IZGREV Capítulo 1º - OMRAAM
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"No se puede ser discípulo sin ser musical. Todos debéis estudiar la música<br />
como ciencia y como arte. Esa es una cláusula para la formación del carácter,<br />
pues cuanto más musical sea un hombre tanto más perfecto será su carácter.<br />
"La música ayuda a desarrollar los valores interiores del ser. Se es musical,<br />
no sólo porque se cante o ejecute algún instrumento, sino porque la música se<br />
siente internamente. De esta manera otorga amplitud al alma; al espíritu, fuerza y<br />
poder; al corazón, suavidad y calor; a la mente, luz y libertad. Mas son pocos los<br />
hombres realmente musicales. La mayoría sólo se ocupa de su faz técnica, pero la<br />
música tiene muchas facetas, su carácter es muy complejo. La técnica representa<br />
sólo una de sus facetas. La música es especialmente importante como medio<br />
educacional; esa es su faz científica.<br />
"Además la música es un escudo para el discípulo, que lo ayuda a<br />
defenderse de las condiciones adversas internas y externas, a la vez que guarda su<br />
equilibrio y lo preserva de la tentación.<br />
"Por donde quiera que vayáis, si el canto os acompaña os veréis libres de<br />
peligros, eso es indudable. Hoy se exige, más que nunca, que el hombre cante<br />
correctamente y con amor. Así se establecerá la paz y la alegría sobre la tierra,<br />
porque el mal retrocede ante la música y el amor."<br />
Después de la plática los discípulos se despidieron del Maestro, pues las<br />
obligaciones cotidianas también reclamaban su importancia. Con un impulso<br />
nuevo, como si sus habilidades se acrecentaran de pronto y el trabajo que les<br />
esperaba no fuera otra cosa más que la prolongación de su rezo matutino, un<br />
medio de servir y expresar el amor que el Maestro predicaba, los hermanos<br />
emprendieron el diario viaje a la ciudad donde los esperaba la fábrica, la oficina,<br />
el estudio u otros quehaceres. Al tomar el serpenteado camino bordeado de<br />
bosques que desciende desde Izgrev, comenzaron a cantar y la naturaleza<br />
respondió a ese canto espontáneo y sincero, carente de ajustes técnicos, pero<br />
pleno de sentido y emoción; el susurro del viento, el zumbido de las abejas, el<br />
aletea y trinar de las aves y aun el perfume de las flores silvestres, todo<br />
comprendía una grandiosa y conmovedora polifonía. Entonces, recordaron otra<br />
frase del Maestro pronunciada esa mañana: "Cuando despierta la conciencia<br />
comienzan a desarrollarse en el hombre habilidades que le dan más fino<br />
discernimiento y lo capacitan para distinguir más profundamente los colores y los<br />
sonidos y comienza a captar la grandiosa sinfonía que colma el universo".<br />
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