Diccionario Semántico Vulgar - Radio Verdad
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Así, el presidente le fue ofreciendo distintos tipos de trabajo, pero la respuesta<br />
fue siempre la misma: "Ay, no me tanteyo, usted." Después de tanto<br />
probar, aquel hombrecito le dijo al Presidente: "¿Sabe qué sí me tanteyo?<br />
"¿Qué?" –le respondió el presidente. "El trabajo que tiene aquel hombre<br />
que se para delante de los músicos de la banda, que les hace así, con<br />
un palito [y le hizo el ademán de dirigir la música], eso sí me tanteyo." Él<br />
creyó que, dirigir la música, sólo era cuestión de mover el palito para un<br />
lado y para el otro. Ciertamente, no sabía de nada.<br />
¿Por qué no nos da El Rancho?: Una vez, el Ministro de Obras Públicas<br />
visitó la aldea de Huité, en Zacapa, y los huitecos son famosos por sus<br />
ocurrencias. Pues, había una gran multitud de huitecos reunida, y el Ministro<br />
comenzó a pronunciar un gran discurso. Después de un rato de hablar,<br />
dijo el Ministro: ―Queremos el progreso para Huité.‖ En ese momento, un<br />
huiteco le levantó la mano y le dijo: ―Pido la palabra, Señor Ministro.‖<br />
―Está bien, vamos a ver qué desea‖, dijo el Ministro. ―Que si nos van a dar<br />
El Progreso, mejor que nos den El Rancho, que está más cerca‖, respondió<br />
el huiteco.<br />
Tarde pillaste: Una vez un bolo [borracho], estaba de goma en la mañana,<br />
y tenía hambre. Pues, fue a una tienda y compró un huevo. Le abrió un<br />
boquete, y se lo llevó de una vez a la boca, para tomárselo crudo. Cuando<br />
se lo estaba tragando, ―pío‖, hizo el pollito, que estaba para nacer [pues el<br />
huevo ya tenía pollo]. Entonces, el bolo le dijo: ―Tarde pillaste‖, porque<br />
ya se lo había tragado.<br />
Le dio la medicina al gallo: Una vez, un viejo tenía a su hijo enfermo,<br />
muy grave, y se fue al pueblo a buscar a un médico. Le contó cómo estaba<br />
de grave su hijo, y el médico le dio una medicina y, cómo él sabía que en<br />
el campo no tenían relojes para controlar el tiempo, le dijo: ―Al primer gallo<br />
que cante [o cuando escuches cantar al primer gallo], le metés la primera<br />
cucharada; al segundo, gallo que cante, le metés la segunda cucharada;<br />
y al tercero que cante, le metés la tercera cucharada.‖ Pues, se fue el viejo<br />
para la aldea, y llegó a la casa. De repente, cantó un primer gallo, y el vie-<br />
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