Solemnidad. Inmaculada Concepción de la ... - Autores Catolicos

Época Pagana
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Con motivo de la pudorosa “Dama de
Elche”.
Seny.-“Las 150.000 mujeres que abortan de media en España cada año, no
querrán ser víctimas de una muerte violenta. Sin embargo sus bebés, a los que
negaron la posibilidad de ver la luz, sufrieron dolor cuando fueron
arrancados del vientre materno”. La Ley cruel e infame y democrática de la
Ley Aido consagra el derecho a la violencia y al homicidio abortista.
“Desde luego, a la rápida propagación del cristianismo
en España, debió contribuir también la disposición
natural de los españoles mismos, que estaban bien
preparados para recibir la nueva doctrina, por ser de
suyo gente buena, sencilla y amiga de la virtud y del
honor. Los escritores antiguos dicen que los iberos se
señalaban entre los demás pueblos antiguos por su
seriedad y moral. Las mujeres iberas llevaban sobre la
cabeza un aro de hierro que servía para echar sobre él
un velo, con el que a menudo se cubrían la cara. La
misma “Dama de Elche” aparece con la cara y el cuello
pudorosamente cubierto de paños. Parece que las
primitivas damas españolas estaban nada más que
esperando que se levantara la primera iglesia de
Cristo, preparadas ya con sus tocas para asistir a la
primera misa”.
“Ya he explicado que los romanos habían logrado unir
y comunicar entre sí las tierras de España. De este
modo disponía Dios que la obra de Roma en nuestra
Patria, sirviera para que cuando llegara a ella la
religión de Cristo, se extendiera con mucha mayor
rapidez. Cuando los romanos hacían en España sus
grandes caminos, preparaban y facilitaban, sin darse
cuenta, el paso de los futuros apóstoles de Dios”.
“La religión de Cristo, en efecto, se extendió en
España tan deprisa como corre el fuego sobre un
rastrojo seco. Es seguro que estuvo en España,
predicándola, el Apóstol San Pablo, que en una de sus
cartas o epístolas anuncia que piensa venir a España.
Aquel gran Apóstol, intrépido y vehemente, sintió como
tantos otros hombres antiguos, la atracción de nuestra
Patria, que era entonces, por el oeste, puesto que
América no se conocía, el fin de la Tierra. También se
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