Solemnidad. Inmaculada Concepción de la ... - Autores Catolicos

Catolicismo
I-10-
Eucaristía, Inmaculada e Hispanidad
(Luis Suárez).
“En la primera etapa San Leandro había recogido,
también en Bizancio, esa definición del hombre como
persona llamada a la salvación. En la segunda, Isidoro
había hecho fructificar ese patrimonio convirtiéndolo
en ciencia y educación cristiana. Y en la tercera
Ildefonso, en su devoción a María, hacía de Toledo el
primer punto de apoyo para el reconocimiento de los
valores de la feminidad. No es una casualidad que,
siglos más tarde, sería España la primera monarquía en
que una mujer asumió, plenamente las funciones de
reinar.
“Esta cultura no pretendía ser otra cosa que la
proyección del cristianismo sobre la sociedad. Pero los
altos obispos que entonces dirigían desde los
concilios, veían para ella dos amenazas a las que sería
imprescindible combatir. De un lado estaban las
reliquias de los movimientos heréticos, que rebrotarían
bajo la forma de adopcionismo, y que rechazaban la idea
de que María pudiera ser verdaderamente la Madre de
Dios; hacían peligrar en consecuencia esas dos
dimensiones esenciales, virginidad y maternidad,
llamadas a desempeñar un gran papel en el crecimiento
hacia el humanismo. De otro se señalaba el crecimiento
de una comunidad judía, venida a España como
consecuencia de los daños sufridos en Oriente, pero que
calificaba como blasfemia la afirmación de que
Jesucristo era el Hijo de Dios”.
“Contra ambas tendencias hubo de batallar San
Ildefonso, dejando así sobre la mesa cuestiones que en
los siglos siguientes revestirían una gran importancia.
En el Tratado sobre la Virgen que hemos mencionado,
explicaba la doctrina de Éfeso: María debe ser
calificada Madre de Dios (“Theotokos”) porque siendo
sustancialmente inseparables las dos naturalezas de
Cristo, es indudable que pudo llevar en su seno la
divina. Esta primera, entre las criaturas, abre además
la puerta a la esperanza de todos los seres humanos de
llegar a compartir con ella la mansión celestial. San
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