Solemnidad. Inmaculada Concepción de la ... - Autores Catolicos
Solemnidad. Inmaculada Concepción de la ... - Autores Catolicos
Solemnidad. Inmaculada Concepción de la ... - Autores Catolicos
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
ESTUDIO<br />
I-12-<br />
La unificación <strong>de</strong>l mundo con Dios<br />
Seny.- “Se pue<strong>de</strong> robar durante décadas y no hay periodista ni oposición<br />
dispuesto a <strong>de</strong>nunciarlo; si <strong>la</strong> banda está conveniente organizada, se pue<strong>de</strong><br />
con<strong>de</strong>nar a toda una región al sub<strong>de</strong>sarrollo, como suce<strong>de</strong> en el sur”.<br />
(Genoveva).<br />
Chésterton y el poema <strong>de</strong> <strong>la</strong> creación.<br />
Frente al monismo oriental y occi<strong>de</strong>ntal que hacen <strong>de</strong><br />
nosotros parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> magma divina o ciega, magma, masa<br />
que evoluciona porque sí, todo porque sí, y nunca<br />
porque no.<br />
“Una vez que <strong>la</strong>s dos máquinas quedaron así<br />
conectadas, todas <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más piezas, una tras otra, se<br />
fueron aviniendo con fantástica exactitud; y hasta me<br />
parecía oír el ruido que iban haciendo todas <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más<br />
piezas -una tras otra- se fueron aviniendo con<br />
fantástica exactitud; y hasta me parecía oír el ruido<br />
que iban haciendo todos los engranajes al mor<strong>de</strong>r en su<br />
sitio justo, con un como crujido <strong>de</strong> alivio. Puesta en<br />
su lugar una pieza, todas <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más repitieron <strong>la</strong><br />
exactitud, así como los relojes van dando, casi a una,<br />
<strong>la</strong>s doce campanadas <strong>de</strong>l mediodía. Un instinto tras otro<br />
iba encontrando su correspondiente doctrina. O -para<br />
variar <strong>la</strong> metáfora- me sucedió como si -habiéndome<br />
a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntado por tierra enemiga para apo<strong>de</strong>rarme <strong>de</strong> una<br />
fortaleza- <strong>la</strong> rendición <strong>de</strong> <strong>la</strong> fortaleza hubiera sido<br />
seguida <strong>de</strong> una rendición general y hasta <strong>de</strong> una<br />
alianza. Toda <strong>la</strong> tierra pareció entonces encen<strong>de</strong>rse<br />
para iluminar los campos <strong>de</strong> mi remota infancia; y aquel<br />
cúmulo <strong>de</strong> ciegos caprichos infantiles que en el cuarto<br />
capítulo he intentado bosquejar entre sombras,<br />
súbitamente se ac<strong>la</strong>ró y se justificó. De modo que no me<br />
engañaba yo al suponer que en el rojo intenso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />
rosas había cierto don <strong>de</strong> elección: tratábase, en<br />
efecto, <strong>de</strong> una elección divina. No me engañaba yo al<br />
sospechar que era más probable que el color <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
hierba fuese una equivocación y no una necesidad,<br />
puesto que, en efecto, <strong>la</strong> hierba pudo haber tenido otro<br />
color. Y mi creencia <strong>de</strong> que <strong>la</strong> felicidad pendía <strong>de</strong>l<br />
157