Solemnidad. Inmaculada Concepción de la ... - Autores Catolicos

REVELACIONES
III-1
Demonio aparece entorno a las
Apariciones, y la terquedad humana,
que persiste en su desgracia.
El poder y propósito de María, nuestra Señora,
contrasta y repugna a las obras del pecado y del mismo
Demonio. Éste gritaba diciendo, alejado de la Gruta:
“Vete, márchate”, brama maligno, enemigo de la humana
salvación. Rabioso, extraviado de la senda donde existe
la bondad por toda la eternidad. Le responde nuestra
Madre con mirada soberana. Y se hizo el silencio.
Es rara pero real coincidencia la del demonio y la
gente que cierran a Dios la puerta, se enfrentan
tranquilamente: están en el mismo campo de batalla
contra Dios, ajenos a su mismo amor. Hemos de andar con
cuidado y no caer en el bando donde el demonio trabaja.
Y estaremos con él si a Dios rechazamos o si no le
abrimos la puerta de nuestras almas.
“Penitencia, penitencia, penitencia”, dice tres
veces María. Hemos de creer ser verdad lo que Dios nos
manifiesta, aunque nosotros veamos ser oscuro y
tenebroso. Le dice María a la niña algo raro y
claramente sin sentido: “Vaya a beber a la fuente y a
lavarse en ella”, y no había fuente ni agua para
lavarse. Ella escarba y seguía sin ver agua. Y se lava
con la tierra y se va sucia y manchada. Y cuando se
había marchado, resultó que salió agua donde se lavase
el hombre del todo necesitado. ¡La obediencia, la
adoración de Dios mismo, no implica gozar humanas
delicias, solamente las divinas!
POESÍA
“Y por vuestra concepción/ que fue de tan gran
pureza/ conserve en mí la limpieza/ del alma y del
corazón/ para que de esta manera/ suba con Vos a gozar/
del que sólo puede dar/ vida y gloria verdadera”.
(Sacra).
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