el convivio dante alighieri - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual
el convivio dante alighieri - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual
el convivio dante alighieri - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
EL CONVIVIO<br />
DANTE ALIGHIERI<br />
www.gftaognosticaespiritual.org<br />
GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL<br />
129<br />
Porque <strong>el</strong> estupor es un aturdimiento d<strong>el</strong> ánimo al ver oír o sentir de algún modo<br />
grandes y maravillosas cosas; que en cuanto parecen grandes, hacen que todo aqu<strong>el</strong> que las<br />
siente las reverencia, y en cuanto parecen admirables, les entran en deseos de saberlas. Y<br />
por eso los reyes antiguos hacían en su mansión magníficos trabajos de oro y piedras y de<br />
arte, para que quienes los viesen quedaran estupefactos, y, por tanto, reverentes y con<br />
deseos d<strong>el</strong> honroso estado d<strong>el</strong> rey. Y por eso dice <strong>el</strong> dulce poeta Estazio en <strong>el</strong> primero de la<br />
Historia Tebana que, cuando Adrasto, rey de los Argivios, vio a Polinicio vestido de una pi<strong>el</strong><br />
de puerco y recordó la respuesta que Apolo había dado por sus hijas, se quedó estupefacto;<br />
y así, más reverente y con más deseos de saber.<br />
El pudor es un retraimiento d<strong>el</strong> ánimo de toda cosa fea por miedo a caer en <strong>el</strong>la;<br />
como vemos en las vírgenes, en las honestas damas y en los adolescentes, que son tan<br />
púdicos, que no solamente cuando son requeridos o tentados de caer en falta, mas sólo con<br />
verse allí donde puédese tener la menor idea de amorosa complacencia, luego píntas<strong>el</strong>es <strong>el</strong><br />
rostro de carmín o palidez.<br />
Por lo que dice <strong>el</strong> susodicho poeta, en <strong>el</strong> citado libro primero de Tebas, que<br />
cuando Aceste, nodriza de Argia y de Deifilia, hijas d<strong>el</strong> rey Adrasto, las llevó ante la vista de<br />
su santo padre en presencia de los dos peregrinos, es decir, Polinicio y Tideo, las vírgenes<br />
palidecieron y se ruborizaron, y, huyendo sus ojos de toda ajena mirada, sólo al rostro<br />
paterno seguros se volvieron. ¡Oh, cuántas faltas refrena este pudor! ¡Cuántas cosas y<br />
demandas deshonestas acalla! ¡Cuántos deshonestos deseos refrena! ¡Cuántas malas<br />
tentaciones vence, no sólo en la persona púdica, sino también en quien la guarda! ¡Cuántas<br />
feas palabras detiene!; porque, como dice Tulio en <strong>el</strong> primero de Offici: «¡No hay ninguna<br />
acción fea que no sea feo <strong>el</strong> nombrarla!» Y luego <strong>el</strong> hombre honesto y púdico no habla nunca<br />
de modo que sus palabras no fuesen honestas en una mujer. ¡Ay y cuán mal está que un<br />
hombre que vaya buscando honra mencione cosas que en boca de toda mujer estarían mal!<br />
La verecundia es miedo de deshonra por la falta cometida. Y de este miedo se<br />
origina un arrepentimiento por la falta, que tiene en sí una amargura, que es castigo para no<br />
faltar más, lo cual dice este mismo poeta en aqu<strong>el</strong> mismo lugar que, cuando <strong>el</strong> rey Adrasto<br />
preguntó a Polinicio quién era, dudó mucho antes de responder, por vergüenza, de esta falta<br />
que contra su «padre había cometido, y aun por las culpas de Edipo, su padre, que parecían<br />
subsistir en vergüenza d<strong>el</strong> hijo. Y no nombró a su padre, sino a sus antepasados, su tierra y<br />
su madre. Por donde ve que la vergüenza es necesaria en tal edad.<br />
Y no sólo la naturaleza noble denota en esta edad obediencia, suavidad y<br />
vergüenza, sino que muestra también b<strong>el</strong>leza y esb<strong>el</strong>tez de cuerpo, como dice <strong>el</strong> texto<br />
cuando dice: Y su persona adorna. Donde se ha de saber que también es esta obra<br />
necesaria a nuestra buena vida; porque nuestra alma ha menester ejecutar gran parte de sus<br />
obras con órgano corporal, y obra bien cuando <strong>el</strong> cuerpo está bien ordenado y dispuesto en<br />
todas sus partes. Y cuando está bien ordenado y dispuesto, es hermoso en <strong>el</strong> todo y en las<br />
partes; porque <strong>el</strong> debido orden de nuestros miembros proporciona <strong>el</strong> placer de no sé qué