el convivio dante alighieri - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual
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EL CONVIVIO<br />
DANTE ALIGHIERI<br />
siempre desnudos, a los cuales llegóse Catón con <strong>el</strong> pueblo de Roma huyendo d<strong>el</strong> dominio<br />
de César.<br />
Señalados estos tres lugares sobre esta bola, puede verse fácilmente cómo <strong>el</strong> sol<br />
gira en torno suyo. Digo, pues, que <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o d<strong>el</strong> sol da vu<strong>el</strong>tas de Oriente a Occidente, no<br />
derechamente contra <strong>el</strong> movimiento diurno, es decir, d<strong>el</strong> día y de la noche, sino torcidamente<br />
contrario. De modo que su medio círculo, que está por igual entre sus polos, en <strong>el</strong> cual está<br />
<strong>el</strong> cuerpo d<strong>el</strong> sol, siega en dos partes opuestas <strong>el</strong> círculo de los dos primeros polos, a saber,<br />
en <strong>el</strong> principio d<strong>el</strong> Aries y en <strong>el</strong> principio de la Libra; y de él parten dos arcos, uno hacia <strong>el</strong><br />
Septentrión y otra hacia <strong>el</strong> Mediodía. Los puntos de los cuales arcos se alejan por igual d<strong>el</strong><br />
primer círculo por todas partes veintitrés grados, y uno de los puntos más; y uno de los<br />
puntos es <strong>el</strong> principio de Cáncer, y <strong>el</strong> otro es <strong>el</strong> principio de Capricornio. Por eso acaece que<br />
María ve en <strong>el</strong> principio d<strong>el</strong> Aries, cuando <strong>el</strong> sol está bajo <strong>el</strong> medio círculo de los primeros<br />
polos, que <strong>el</strong> propio sol gira alrededor d<strong>el</strong> mundo en torno a la tierra o al mar, como una<br />
mu<strong>el</strong>a, de la cual no aparece sino medio cuerpo; y que lo ve venir ascendiendo a guisa de<br />
tornillo de una tuerca, de tal modo que da noventa y una vu<strong>el</strong>tas o poco más. Una vez dadas<br />
estas vu<strong>el</strong>tas, su ascensión a María es casi tanta cuanta asciende en nosotros a la media<br />
tercia; que es igual d<strong>el</strong> día y de la noche. Y si un hombre estuviese de pie en María y<br />
dirigiese siempre su vista al sol, le vería ir hacia la mano derecha. Luego por <strong>el</strong> mismo<br />
camino parece descender otras noventa y nueve vu<strong>el</strong>tas o poco más, tanto que gira en torno<br />
a la tierra, o más bien al mar, no mostrándose d<strong>el</strong> todo; y luego se esconde y comienza a<br />
verlo Lucía. Al cual ve subir y bajar en torno de sí con tantas vu<strong>el</strong>tas cuantas ve María. Y si<br />
un hombre estuviese de pie en Lucía, siempre que volviese la cara hacia <strong>el</strong> sol, veríale<br />
caminar hacia su mano izquierda. Por lo cual puede verse que estos lugares tiene un día d<strong>el</strong><br />
año de seis meses y una noche de otro tanto tiempo; y cuando <strong>el</strong> uno tiene <strong>el</strong> día, <strong>el</strong> otro<br />
tiene la noche.<br />
Es menester, además, que <strong>el</strong> círculo donde están los garamantas, como se ha<br />
dicho, sobre esta bola, vea girar <strong>el</strong> sol sobre sí mismo, no a modo de mu<strong>el</strong>a, sino de rueda,<br />
de la cual no puede ver en parte alguna sino media, cuando está bajo <strong>el</strong> Aries. Y luego lo ve<br />
apartarse de él e ir hacia María noventa y un días y algo más y tornar a él por otro tanto; y<br />
luego, cuando ha vu<strong>el</strong>to, va bajo la Libra, y también se aparta, y va hacia Lucía noventa y un<br />
días y algo más, y en otros tantos vu<strong>el</strong>ve. Y este lugar, que rodea toda la bola, siempre tiene<br />
iguales <strong>el</strong> día y la noche, ya vaya <strong>el</strong> sol hacia una u otra parte, y dos veces al año tiene <strong>el</strong><br />
estío de un grandísimo calor y dos pequeños inviernos. Es menester, además, que los dos<br />
espacios que están en medio de las dos ciudades imaginadas, y <strong>el</strong> círculo d<strong>el</strong> medio, vean <strong>el</strong><br />
sol invariablemente, según están remotos o próximos a estos lugares; como ora, por lo que<br />
se ha dicho, puede ver quien tenga noble ingenio, al cual está bien dejar un poco de trabajo.<br />
Por la cual puede verse ahora que por la divina providencia <strong>el</strong> mundo está de tal suerte<br />
ordenado que, vu<strong>el</strong>ta la esfera d<strong>el</strong> sol y tornada a un punto, esta bola en que estamos, en<br />
cada parte de sí recibe tanto tiempo de luz cuanto de tinieblas. ¡Oh, inefable Sabiduría que<br />
tal ordenaste, cuán pobre es nuestra mente para comprenderte! Y vosotros, para cuya<br />
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