16.11.2013 Views

el convivio dante alighieri - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual

el convivio dante alighieri - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual

el convivio dante alighieri - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

EL CONVIVIO<br />

DANTE ALIGHIERI<br />

Una vez visto cómo en <strong>el</strong> principio de las alabanzas de ésta se dice sutilmente<br />

que está parte de la divina substancia, en cuanto primeramente se la considera, hemos de<br />

proceder a ver, como digo en segundo lugar, que está en las int<strong>el</strong>igencias causadas. Digo<br />

por lo tanto: Todo int<strong>el</strong>ecto de allá arriba mírala; donde se ha de saber que digo de allá<br />

arriba, refiriéndome a Dios, como antes se ha hecho mención. Y por eso se excluyen que<br />

están desenterradas de la patria suprema, las cuales no pueden filosofar, puesto que <strong>el</strong> amor<br />

hace d<strong>el</strong> todo apagado en <strong>el</strong>las, y para filosofar, como ya he dicho, es menester amor. Por lo<br />

cual se ve que las int<strong>el</strong>igencias infernales están privadas de la vista de esta hermosa; y como<br />

quiera que esa vista es bienaventuranza d<strong>el</strong> int<strong>el</strong>ecto, su privación es amarguísima y llena de<br />

toda suerte de tristezas.<br />

Luego, cuando digo: Y la gente que aquí se enamora, desciendo a explicar cómo<br />

llega en segundo lugar a la humana int<strong>el</strong>igencia, con la cual filosofía humana sigo después<br />

en <strong>el</strong> Tratado encomiando aquélla. Digo pues, que la gente que se enamora aquí, es decir,<br />

en esta vida, la siente en su pensamiento, no siempre, sino cuando Amor hace sentir su paz.<br />

Donde hay que ver tres cosas, que en este texto se apuntan. Es la primera, cuando dice: la<br />

gente que aquí se enamora, por lo cual parece hacerse una distinción en <strong>el</strong> género humano;<br />

y necesariamente es menester que se haga, porque, según se ve manifiestamente y en <strong>el</strong><br />

siguiente Tratado es mi intención explicar, la mayor parte de los hombres viven más según <strong>el</strong><br />

sentido que conforme a razón. Y los que viven según su sentido, es imposible que se<br />

enamoren de ésta, porque no pueden tener de <strong>el</strong>la la menor idea. La segunda es cuando<br />

dice: cuando amor deja sentir su paz, etc., donde parece que se hace una distinción de<br />

tiempo, cosa que, además, aunque las int<strong>el</strong>igencias separadas miren continuamente a esta<br />

dama, la humana int<strong>el</strong>igencia no puede hacer tal, puesto que la humana naturaleza, ajena a<br />

la especulación -en la que se satisfacen <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ecto y la razón-, ha menester muchas cosas<br />

para su sostenimiento; porque nuestra sabiduría es a veces habitual tan sólo y no actual. Y<br />

no se encuentra tal en las demás int<strong>el</strong>igencias, que solamente son perfectas en su<br />

naturaleza int<strong>el</strong>ectiva. De aquí que cuando en nuestra alma no hay acto de especulación, no<br />

se puede decir verdaderamente que haya filosofía, sino cuanto tiene <strong>el</strong> hábito de <strong>el</strong>la y <strong>el</strong><br />

poder de despertarla; y por eso algunas veces la hay en la gente que aquí abajo se enamora,<br />

y a veces no. La tercera es cuando dice <strong>el</strong> momento en que esa gente la tiene; a, saber:<br />

cuando Amor deja sentir su paz; lo cual no quiere decir sino cuando <strong>el</strong> hombre está<br />

actualmente en especulación; porque <strong>el</strong> estudio no hace sentir la paz de esta dama sino en<br />

<strong>el</strong> acto de la especulación. Y así se ve que esta dama es primeramente de Dios, en segundo<br />

lugar de las demás int<strong>el</strong>igencias separadas con continuo mirar, y después de la humana<br />

int<strong>el</strong>igencia, con mirar discontinuo.<br />

En verdad, al hombre que siempre tiene esta dama hás<strong>el</strong>e de llamar filósofo, no<br />

obstante no esté todavía en <strong>el</strong> último acto de filosofía, puesto que por <strong>el</strong> hábito sólo había de<br />

llamárs<strong>el</strong>e con otro nombre. De aquí que llamemos virtuoso, no solamente cuando ejercita la<br />

virtud, sino con que tenga <strong>el</strong> hábito de la virtud; y decimos facundo a un hombre, no<br />

solamente cuando habla, sino por <strong>el</strong> hábito de la facundia, es decir, d<strong>el</strong> bien hablar. Y de esta<br />

www.gftaognosticaespiritual.org<br />

GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL<br />

74

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!