el convivio dante alighieri - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual
el convivio dante alighieri - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual
el convivio dante alighieri - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
EL CONVIVIO<br />
DANTE ALIGHIERI<br />
su propio ci<strong>el</strong>o; <strong>el</strong> cual, en cualquier parte de su revolución, está igualmente remoto d<strong>el</strong> uno y<br />
d<strong>el</strong> otro polo, como puede ver sensiblemente quien dé vu<strong>el</strong>tas a una manzana o a otra cosa<br />
redonda. Y este círculo, tiene más rapidez en su movimiento que cualquier otra parte de su<br />
ci<strong>el</strong>o en cada ci<strong>el</strong>o, como puede ver quien bien considere. Y cada parte, cuanto más cerca<br />
está de él, tanto más rápidamente se mueve; cuanto más remota está y más cerca d<strong>el</strong> polo,<br />
más tarde es; porque su revolución es menor, y necesariamente ha de ser al mismo tiempo<br />
que la mayor. Digo, además, que cuanto más cercano está <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o al círculo d<strong>el</strong> ecuador,<br />
tanto más noble es en comparación con sus polos; porque tiene más movimiento, más<br />
actualidad, más vida y más forma, y le toca más de aqu<strong>el</strong>lo que está sobre él, y, por<br />
consiguiente, es más virtuoso. De aquí que las estr<strong>el</strong>las d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o estr<strong>el</strong>lado están más llenas<br />
de virtud entre sí cuanto más cerca están de este círculo.<br />
Y sobre este círculo en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o de Venus, d<strong>el</strong> cual se trata al presente, hay una<br />
esferilla que por sí misma gira en ese ci<strong>el</strong>o; <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o de la cual llaman los astrólogos epiciclo.<br />
Y así como la gran esfera gira con dos polos, así también gira esta pequeña; y así es más<br />
noble cuanto más cerca está de aquél; y sobre <strong>el</strong> arco o cúmulo de este círculo está fija la<br />
r<strong>el</strong>uciente estr<strong>el</strong>la de Venus. Y aunque se ha dicho que hay diez ci<strong>el</strong>os, según la estricta<br />
verdad, este número no los comprende todos; que éste de que se ha hecho mención, es<br />
decir, <strong>el</strong> epiciclo, en <strong>el</strong> cual está fija la estr<strong>el</strong>la, es un ci<strong>el</strong>o per se o esfera; y no tiene una<br />
misma esencia con <strong>el</strong> que lo sustenta, aunque sea más connatural con él que con los demás,<br />
y con eso llámas<strong>el</strong>e un ci<strong>el</strong>o y denomínanse <strong>el</strong> uno y <strong>el</strong> otro por la estr<strong>el</strong>la. No es cosa de<br />
tratar al presente cómo son los demás ci<strong>el</strong>os y las demás estr<strong>el</strong>las; basta lo que se ha dicho<br />
de la verdad d<strong>el</strong> tercer ci<strong>el</strong>o, d<strong>el</strong> cual entiendo al presente y d<strong>el</strong> cual cumplidamente se ha<br />
explicado lo que al presente es menester.<br />
28<br />
- V -<br />
Una vez mostrado en <strong>el</strong> capítulo precedente cuál es este tercer ci<strong>el</strong>o y cómo está<br />
dispuesto en sí mismo, queda por demostrar quiénes son los que le mueven. Debe, pues,<br />
saberse primeramente que los motores de aquél son sustancias privadas de materia, es<br />
decir, int<strong>el</strong>igencias, a las cuales la gente vulgar llama áng<strong>el</strong>es. Y de estas criaturas, así como<br />
de los ci<strong>el</strong>os, han opinado muchos diversamente, aunque la verdad se haya encontrado.<br />
Hubo ciertos filósofos, de los cuales parece ser Aristót<strong>el</strong>es en su Metafísica -aunque en <strong>el</strong><br />
primero de Ci<strong>el</strong>o y Mundo incidentalmente parezca opinar de otro modo-, que creyeron que<br />
éstas eran solamente tantas cuantas circunvoluciones hubiese en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, y no más; diciendo<br />
que las demás estarían eternamente en vano, sin empleo; lo cual era imposible, dado que su<br />
existencia es su ejercicio. Hubo otros, como Platón, hombre exc<strong>el</strong>entísimo, que supusieron,<br />
no sólo tantas int<strong>el</strong>igencias cuántos son los movimientos d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, sino, además, cuántas son<br />
las especies de las cosas; y así, una especie todos los hombres, y otra todo <strong>el</strong> oro, y otra<br />
www.gftaognosticaespiritual.org<br />
GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL