IV Edición Revista Derecho en Sociedad - Ulacit
IV Edición Revista Derecho en Sociedad - Ulacit
IV Edición Revista Derecho en Sociedad - Ulacit
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
DERECHO EN SOCIEDAD, N . º 4 . Enero del 2013<br />
<strong>Revista</strong> electrónica de la Facultad de <strong>Derecho</strong>, ULACIT – Costa Rica<br />
Junto a esto, se da una naturalización de un “deber ser” social y moral esperado, que <br />
funcionó como mecanismo de control social informal y que regía de manera más <br />
contund<strong>en</strong>te para las mujeres, lo que provocó que ellas, como delincu<strong>en</strong>tes, fueran <br />
particularm<strong>en</strong>te conceptualizadas, contribuy<strong>en</strong>do a construir una idea difer<strong>en</strong>te y <br />
estereotipada de su actuar “indebido” y que se ha reflejado <strong>en</strong> las nociones de justicia <br />
p<strong>en</strong>al hasta nuestros días. <br />
En el siglo XIX hubo una introducción fundam<strong>en</strong>tal sobre la construcción cultural del delito <br />
desde el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to positivista biológico, argum<strong>en</strong>tando que el comportami<strong>en</strong>to delictivo <br />
alteraba el funcionami<strong>en</strong>to “normal” de la sociedad. Uno de sus principales expon<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> <br />
Europa fue César Lombroso, que con su obra L’uomo delincu<strong>en</strong>te de 1876 (1890 [1876]), <br />
dio paso al estudio del individuo “anormal” desde el <strong>en</strong>foque médico y psiquiátrico, <br />
dejando de lado las interv<strong>en</strong>ciones sociales <strong>en</strong> la explicación de dicho comportami<strong>en</strong>to <br />
(Arnoso, 2006; Almeda, 2003; Matthews, 2003). Los aportes de Lombroso se atrevieron a <br />
definir las personalidades susceptibles de caer <strong>en</strong> la delincu<strong>en</strong>cia y a caracterizar <br />
físicam<strong>en</strong>te a aquellos sujetos delictivos, estigmatizando características físicas como “la <br />
fr<strong>en</strong>te o la asimetría craneal, e incluso características s<strong>en</strong>soriales vinculadas con el s<strong>en</strong>tido <br />
de la moral, la impulsividad o la ociosidad” (Arnoso, 2006, p. 27). <br />
Para Lombroso, los comportami<strong>en</strong>tos delictivos ―tanto masculinos como fem<strong>en</strong>inos― <br />
formaban parte de una anormalidad física y aunque también para él las difer<strong>en</strong>cias de <br />
género eran producto de la biología, a los hombres no se les exigía los mismos deberes <br />
morales que a las mujeres. Era claro que la naturalización de la condición social fem<strong>en</strong>ina, y <br />
también la masculina, vinculaba a las mujeres a una natural maternidad y a un natural <br />
comportami<strong>en</strong>to marcado por esta: un “llamado”, un anhelo, un deber social y moral. <br />
Es por esto que Lombroso (citado <strong>en</strong> Almeda, 2003), fr<strong>en</strong>te a las mujeres que delinqu<strong>en</strong>, no <br />
podía sino concebirlas como personas especialm<strong>en</strong>te deg<strong>en</strong>eradas porque han violado la <br />
115