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Capítulo IV. Menores en la Red<br />
Los conocidos como ciberdepredadores, empleando técnicas psicológicas de ingeniería<br />
social y utilizando falsas identidades, se acercan al menor ganándose su<br />
confianza poco a poco, una labor muy trabajada y meticulosa que tiene como único<br />
fin el mantener conversaciones privadas con el niño para conseguir sus propósitos,<br />
a veces virtuales pero en muchas ocasiones logran citarse con los pequeños<br />
para llevar a cabo sus peores propósitos. Por otro lado, tarea fácil para el ciberdepredor,<br />
dado que se aprovechan de la ingenuidad de los críos para conseguir de<br />
ellos información personal tanto de ellos como de sus familias, para que a posteriori<br />
sea más sencillo contactarlos y localizarlos.<br />
Hablábamos de la facilidad de comunicación de los menores y adolescentes por<br />
Internet con otros internautas, superando el interés de la comunicación on-line a<br />
la comunicación personal.<br />
Para un menor o adolescente, lamentablemente, en muchas ocasiones su éxito<br />
social se basa en la gran cantidad de amigos que tiene en la Red; personas que en<br />
su vida real no tendrían ninguna cabida, pero en la Red “todo vale” posiblemente<br />
para compensar el vacío de “habilidades sociales”, por lo que se ven incentivados<br />
a proporcionar más información sobre sí mismos a sus amigos virtuales ante el<br />
convencimiento de que cuanta más privacidad comparten más amigos tienen y<br />
más amigos son.<br />
Es muy recomendable hablar con los pequeños de los peligros que pueden entrañar<br />
ciertos comportamientos en Internet, advertirles de las “falsas” amistades<br />
de Internet, advertirles de que si desconocidos intentan conversar con ellos en Internet<br />
deben eludirles y contárselo a sus padres o profesores, que si por cualquier<br />
motivo llegasen a participar en esas conversaciones, con desconocidos o con esos<br />
“falsos amigos”, nunca deben dar información personal y de localización (como<br />
dirección, teléfono, nombre del colegio o lugares que frecuentan).<br />
Por supuesto, ni que decir tiene que, bajo ningún concepto deben enviar fotografías<br />
suyas o de sus familiares, vestidos o desnudos, y aconsejarles que siempre<br />
se debe utilizar un pseudónimo o nick que no le identifique por su nombre, edad,<br />
residencia, etc.<br />
En otras ocasiones los adolescentes pretenden mostrar un perfil más adulto en<br />
Internet de lo que realmente son, o bien para eludir la imprescindible mayoría de<br />
edad exigida en ciertos medios, en redes sociales como Tuenti y Facebook es necesario<br />
tener al menos catorce años para crear un perfil y que no es de fácil comprobación.<br />
O bien ante la búsqueda de los desconocidos ante ciertos contenidos<br />
adultos y que solo siendo “más mayores” pueden acceder.<br />
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