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L I B E R A C I Ó N<br />
A N I M A L<br />
una granja donde puedan vigilar a sus propios <strong>animal</strong>es, en la práctica<br />
serán casi vegetarianos 23 .<br />
Una última observación sobre el razonamiento de que la pérdida de<br />
un <strong>animal</strong> se compensa con la creación de uno nuevo. Quienes emplean<br />
esta ingeniosa defensa de su deseo de comer cerdo o vaca raramente<br />
siguen sus implicaciones. Si fuera bueno traer seres al mundo, y siempre<br />
que otras cosas fueran iguales, también deberíamos traer al mundo tantos<br />
seres como pudiéramos, y si a esto le añadimos la mentalidad de que las<br />
vidas humanas son más importantes que las de los <strong>animal</strong>es (mentalidad<br />
que un comedor de carne seguramente aceptará), se le puede dar la vuelta<br />
al argumento e incomodar así a quien lo propone. Puesto que más<br />
humanos podrán alimentarse si no le damos al ganado el grano de que<br />
disponemos, la conclusión del argumento es, a fin de cuentas, ¡que<br />
debemos hacernos vegetarianos!<br />
El especismo es una actitud tan extendida y con tantas facetas que quienes<br />
atacan una o dos de sus manifestaciones —como la matanza de los anima<br />
les salvajes por los cazadores, o la cruel experimentación de los laborato<br />
rios, o las corridas de toros— a menudo participan en otras actividades<br />
especistas. Esto permite que, a su vez, los atacados acusen a sus oponen<br />
tes de inconsistencia. «Nos acusan de crueldad porque disparamos contra<br />
los ciervos», dicen los cazadores, «pero ustedes comen carne. ¿Cuál es la<br />
diferencia, excepto que pagan a otra persona para que les mate a los ani<br />
males» «Se oponen a que matemos <strong>animal</strong>es para vestirnos con sus pie<br />
les», dicen los peleteros, «pero llevan zapatos de cuero». El que realiza<br />
experimentos probablemente se preguntará por qué, si la gente acepta que<br />
se mate a los <strong>animal</strong>es para dar gusto a sus paladares, se oponen a matar<br />
los para que avance el conocimiento; y si la objeción sólo se plantea con<br />
tra el sufrimiento, puede señalar que tampoco viven sin sufrir los anima<br />
les a los que se mata para obtener alimento. Incluso el entusiasta de los to<br />
ros puede aducir como razón justificante que la muerte del toro en el rue<br />
do da placer a miles de espectadores, mientras que la del buey en el mata<br />
dero sólo satisface a las pocas personas que se comen alguna parte de su<br />
cuerpo; y aunque es posible que al final el toro sufra un dolor más intenso<br />
que el buey, durante casi toda su vida recibe mejor trato.<br />
La acusación de inconsistencia no da ningún apoyo lógico a los defen<br />
sores de prácticas crueles. Como dijo Brigid Brophy, sigue sien-<br />
23. Una defensa de tal postura es presentada en el próximo artículo de R. M. Haré,<br />
«Why I Am Only a Demi-vegetarian».<br />
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