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Gorizia y otras veces miembros de la nobleza veneciana y por otra parte
triestinos eran nombrados para comandar las milicias en Gorizia.
Una nueva situación también surgió en el año1295 para el Comune
ya que si como ya mencionamos la actuación del Obispo daba
cumplimiento a las antiguas aspiraciones de autonomía de los triestinos,
debemos considerar que a más de uno de los miembros de las 13 Casate
o algún noble triestinos se le debe de haber ocurrido la idea que esto
podía ser un primer paso para obtener el poder total de Trieste, como de
hecho estaba ocurriendo en muchas otras ciudades italianas y donde se
estaban estableciendo Signorie hereditarias obteniendo luego el
beneplácito del Papa o del Emperador.
Puede ser que los miembros de las 13 Casate que habían siempre
tenido relevancia en los asuntos triestinos y que dentro del régimen
comunal pertenecían al consejo de la ciudad estaban satisfechos con su
situación pero otros miembros de la nobleza, que habían logrado a lo
largo de los años obtener beneficios principalmente a través del comercio
y no por nacimiento, seguramente mantenían aspiraciones de mayor
poder y aquí debemos abrir un paréntesis y considerar los sucesos de la
política italiana a partir del siglo XIII.
En Italia, después de la muerte de Federico II, se incrementaron
las tendencias expansionistas de varias de las ciudades más poderosas
(Milano, Firenze, Pisa, Verona) y ese proceso fue acompañado del
declinar del gobierno comunal siendo éste sustituido por el dominio de un
Señor y su familia.
El proceso en muchos casos se debió a que la burguesía que
había llegado al gobierno de las ciudades no había logrado garantizar ni
la justicia ni la estabilidad política a sus ciudadanos.
Por ello el pasar de un Podestá a un “Señor” a partir de la segunda
mitad del siglo XIII fue algo casi natural; la burguesía decidió delegar en
el podestá poderes cada vez más amplios o en otros casos los poderes
amplios fueron concedidos al miembro más relevante de una familia de
prestigio.
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